¡Qué buen
díaaaaaaaaaaaa, lleno de alegríaaaaaaaaaaaa! Para el que está apurado y sólo
puede ver fotos, estoy segura que esa recorrida visual le dará la alegría que
propago; pero para que el que tenga un poquito más de tiempo y lea, encontrará
alegría profunda y perdurable.
Yo estoy un nivel
más allá de esa alegría profunda y perdurable: a ese sentimiento tan buenazo le
sumo admiración y una ronda de aplausos. A quien felicito es a Marie de Oh Margo, y a su amiga y socia Ceci, clave en la evolución de una propuesta que, desde
que la conocí en 2015, enloquecí…
(Viejos
lectores de Alma, ¿se acuerdan de haberme leído describir a Oh Margo como una marca preciosa, colorida, especial, pastel, siesta, mate, amor, abrazo y Manu Ginóbili? ¡Juaaaaaaaaa!)
Pasaron más de
cuatro años desde ese primer encuentro con Marie y el fruto de su innegable
talento, Oh Margo. En todo este tiempo su creatividad se potenció, su llegada a
toda la Argentina se expandió y su aporte a la comunidad virtual se tornó en
invalorable. La clave está en creer y crecer juntas, en pedir ayuda cuando es
necesario, en confiar en otro para delegar y encontrar una nueva forma de
emprender una pasión, de llevarla al próximo nivel. Es un placer para mí
repasar la historia de Oh Margo y celebrar que Marie y Ceci se encontraron
trabajando juntas…
Mi
nombre es Marie. Oh Margo comienza en 2010 como una idea en mi cabeza. En 2011,
decido dejar mi trabajo como diseñadora
gráfica en una institución cuyos valores no compartía, para trabajar por mi
cuenta. Durante largos años, mi ‘trabajo’ fue un hobbie: pintaba tazas a mano.
¡Y qué tazas
querida! Tu elefante feliz sigue siendo una de mis tazas favoritas y solicitadas para darme los buenos
días :)
En
2012, gracias a las redes sociales, llega el primer cliente mayorista y decido darle prioridad a este canal de venta, y
dejar en segundo plano el canal minorista. En 2013, registro la marca en INPI. En el año 2015, lo hecho a mano para mayoristas no era un buen negocio, entonces
decido entrar en el terreno de la confección
textil para bebés, delegando el proceso a una diseñadora
de modas amiga y a su costurera, dedicándome sólo al diseño de estampas y a la
distribución.
La
demanda mayorista comenzó a crecer, sumada a la tienda online. Era un caos con grandes y pequeños pedidos que
no podía abastecer. Entonces decido
pedirle a Ceci que sea mi socia.
Para
que un negocio crezca es necesaria la división de tareas.
En febrero de 2016
Ceci se suma a Oh Margo. Trabajando de sol a sol juntas
en mi Marie, es aquí que se comienza a producir en serie (en serio). “Hecho a
mano es mejor” fue el lema de la marca por mucho tiempo, por lo que tomamos la
decisión de estampar en serigrafía y trabajar con costureras en lugar de
talleres. La idea siempre fue que cada
persona involucrada, haga lo que le gusta.
Haciendo
publicidad en redes sociales logramos llegar a más locales donde vender los
productos. Nos dimos cuenta que algunos tenían más rotación que otros. Con lo
poquito que nos quedaba de ganancia, decidimos
contratar a una contadora que nos cuente verdad al respecto de nuestros
resultados.
Mientras,
seguíamos haciendo muchas cosas a mano.
Nos
largamos a la Expo Presentes (La Rural) a buscar más clientes mayoristas y a seguir aprendiendo.
Aprovechamos esos viajes a CABA para invitar a nuestros clientes más fieles a pasar por nuestro stand y hacerles
regalitos.
En
2017, con lo que ganábamos, decidimos alquilar
un espacio para trabajar. Nuestro tan anhelado estudio, donde armamos los
pedidos mayoristas y, a veces, hacemos pequeñas ferias. Con el paso del tiempo pudimos delegar lo urgente: Jose y Coti nos
ayudan a armar pedidos y a cortar telas, mientras nosotras nos ocupamos de lo
importante: las estrategias de venta y mejorar los productos que ya tenemos.
Pasamos
de ser autoempleadas (que todo dependa de nosotras) a delegar y tercerizar,
cuidando el costo del producto para que el mayorista pueda venderlo al
consumidor final.
Siempre nos pareció
muy importante mostrar los productos en vivo.
Esto nos permite ver la reacción de la gente, y su expresión nos anima a seguir
buscando ideas. Además, muchas personas que nos conocían por redes, nos decían
que en vivo, eran mucho más lindos.
En
2019 quedamos seleccionadas en el Mercado de Frutos Culturales (Rosario).
Sin darnos cuenta, gracias a las redes sociales, con nuestras frases ilustradas, nos convertimos en motivadoras.
Nos convertimos en referentes en lo
que respecta al emprendimiento de producto. Gracias a este
trabajo conocimos a dueñas de muchas marcas que fueron creciendo con nosotras
en otros lugares del país. Pero sobre todo, a nuestros proveedores que no los cambiamos por nada en el mundo.
Somos
Marie y Ceci, dos amigas que una vez nos unimos para crear algo más grande que
nosotras.
Oh
Margo es nuestro cable a tierra, es el lugar donde late con magia nuestro
corazón. Donde podemos crear historias y llevar a cabo nuestros inventos. Oh Margo nos da libertad de expresión, nos
permite tener más capacidad de acción en este mundo. Nunca tuvimos mucha
certeza de hacia dónde vamos, pero tenemos una coherencia interna que va
guiando nuestros pasos.
Vamos
fluyendo con nuestro arte y nuestro propósito, poniendo nuestros talentos al
servicio de los demás. Estamos sosteniendo un mundo mágico y nuestros productos
van tejiendo una red invisible llena de colores.
Queridos lectores:
¿cumplí mi promesa de asegurarles alegría profunda y perdurable, con tintes
fuertes de admiración y necesidad orgánica de pararse a aplaudir a Marie y
Ceci? Espero que sí :) Y espero que juntos celebremos esta forma de trabajar:
unidos, auténticos, con valores y capacidad de sostenerlos en el tiempo, respetuosos
tanto con el propio equipo de trabajo como con quienes están al final de la
cadena productiva: los clientes. Celebremos que Oh Margo existe y es bandera de
motivación, alegría y orgullo nacional :) ¡Felicitaciones chicas, y gracias por
la magia!
¡Muy
feliz miércoles a todos!
Oh
Margo
Todas las fotos de
este post pertenecen a Oh Margo.
No hay comentarios
Publicar un comentario
For the love you bring won't mean a thing, unless you sing, sing, sing.