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PLAY | PLAYLIST ALMA | Feel – Robbie Williams
Tengo un alma
nostálgica que poco le cuesta irse por la tangente y recordar “tiempos felices”.
Lo pongo en comillas porque ahora también vivo tiempos felices OOOOBVIAMENTE,
pero tiendo a idealizar el pasado (el filtro de los años tamizan sólo lo bueno,
he notado…) y cuando algo me hace mucha falta, lo extraño más. Ejemplo: ¿se
dieron cuenta que al hacernos más grandes tenemos menos tiempo para estar con
nuestros amigos? En la infancia los tiempos los manejan tus viejos, en la
adolescencia ya asoma la independencia, que aflora a pleno cuando cruzaste el
umbral de la secundaria y ahí mamita: tu vida (o al menos la mía) son tus amigos.
Nos veíamos prácticamente todos los días, ¡y sino hablábamos por teléfono por
horas! Hasta que empezaron los laburos formales, nuevos amigos, nuevos amores,
nuevas inquietudes y actividades, más laburo y un poquito más de laburo y otro
poquito más, porque las cuentas no se pagan solas. ¡Y después llegan los hijos!
¡Jaaaaaaaaaaaa! Todos los pronósticos se confirman: con los hijos presentes, es
un triunfo coordinar agendas. Y si bien los grupos de WhatsApp nos mantienen
ligados casi de forma cotidiana (gracias memes por cumplir su función a la
perfección), no es lo mismo. Por eso cada encuentro cuenta. Cada
encuentro se saborea con más alegría (y ahí brotan esos instantes de plena
felicidad actual), cada segundo se disfruta y le pone 3D a la relación (con
abrazos, risas sonoras, confesiones de vidas “adultas” – yo creo que todavía no
llegué al punto de maduración, jaaaa – manos sostenidas, etc.). Cada encuentro
con mis amigos es ORO EN POLVO, y hoy quiero celebrar la merienda de otoño que
tuvimos hace un puñado de sábados con casi todas mis amigas/hermanas, en la
casa de Barbie.
Estábamos Vicky,
Cande y yo: cuatro de seis no es mal número ;)
Celebro que nos
reunimos, que hablamos de todo, que nos reímos, que nos actualizamos y que nos
aconsejamos. Y celebro que hayamos tenido
un festín de lujo, provisto por Ceci de Koiko Pastelería Artesanal :)
Conozco a Ceci
hace tantos años que ya ni me acuerdo. Fue por medio de La MiniPymer (¡Koiko en
ese momento eran tejidos!), y desde entonces estuvo presente en la vida de Alma
y en la mía (propia y de familia), con su buenísima onda característica, con su
gran corazón y con su talento innegable en la cocina. Ceci es una hermosa
persona, tiene una familia de oro que la apoya en todo lo que hace (y hornea),
y está viviendo un momento bien empoderado, retomando las riendas de sus redes
sociales, compartiendo generosamente lo que tanto ama hacer: cocinar y
compartir.
Nuestra merienda
de otoño tuvo el sabor Koiko al 100%, sabores de estación desarrollados de
forma artesanal con magia y abundancia. Ceci cocina en grande: decir que te
quedás satisfecha es poco, porque además te quedás agradecida de haber disfrutado
sabores tan geniales :) Miren lo que comimos sin ningún tipo de reparo… :p
Su pan brioche es un arma de doble filo:
lo comés y LO AMÁS, y justamente porque lo amás con devoción, tu pan habitual
deja de ser satisfactorio. Si Ceci viviera en Núñez, sería mi proveedora de pan
de por vidaaaaaaaaaa. Lean en este post sus recomendaciones para disfrutarlo en todo su potencial ;)
Tarta de manzana y almendras. Ya lo dije en el Especial del Día del Padre: le vi la cara a Dios cuando probé el primer bocado :D Es espectacular,
y tenemos que agradecerle mucho a la masa ;)
Scons dulces de naranja y
almendras…
¡fuerte el aplauso a los scons más originales que comí EVER! Me encantaron
Ceeeeee :D
Budín de calabaza con semillas de
girasol… ¡esto
fue un flipazo! Jamás había probado un budín de calabazas, que ya de por sí es
riquísimo, ¡y más potenciado con la mayonesa de calabaza que sumó Ceci! No
podía parar de untarla, en serio, fue un plus superador. ¡Ah! Y la mermelada que
se ve en esta foto es de higos y bien casera. ¡Un aplauso a esta cocinera tan
completa!
Paréntesis deco: los mantelitos teñidos en
shibori (naranja, violeta, verde y celeste) que usamos para la mesa son de
Texturas Urbanas :)
Fue una tarde
hermosa, nosotras y nuestras hijas, todas reunidas, todas celebrando esto que
se llama vivir :) Gracias totales e infinitas Ceci por acompañarnos con tanta
generosidad y talento… ¡te veneramos!
Para la sobremesa
de este delicioso post, comparto un texto que escribió Ceci al pensar en Koiko,
un escrito tan cálido como ella…
Una
mañana de domingo, el sol entra por la ventana de la cocina e ilumina las tazas
de porcelana dispuestas para el desayuno en la vieja mesa de madera, el mantel
de hilo bordado y un jarrón con lavandas recién cortadas, en piyamas, en
familia y con la casa inundada del aroma de una tarta de manzanas recién horneada
y café fresco… Eso, en resumen, es la imagen que impulsa a Koiko, que me impulsa.
Desde
que puse la primera receta en el horno supe que quería que mi pastelería refleje momentos hogareños, de esos que se
despiertan con los sabores, y supe también, que para conseguir eso era
necesario respetar calidad de los
ingredientes, su origen, su estacionalidad
y el modo de combinarlos, encontrar ese equilibrio que incluye al tiempo,
porque el tiempo es un ingrediente más del todo, cuando se prepara y cuando se
disfruta… es también parte de la receta y del resultado.
Creé
a Koiko convencida de que lo rico es
saludable, siempre, si nos permitimos
el tiempo para disfrutarlo. Por ello preparo pastelería que se integre como
un ingrediente más a esos momentos para disfrutar, para recordar… para
saborear.
¡Con nosotras lo
has logrado, querida Ceci! Gracias por la magia y que la cocina siempre te de
felicidad (a vos y a todos jajaja).
¡Que
tengan un gran comienzo de jueves y coordinen con sus amigos para verlos y
disfrutarse!
Koiko
Pastelería Artesanal
M: 15 3125-7513
Fotos por Vero
Mariani.
que hermosa tarde!!! amigas, amigas segunda generacion y Koiko. Esa mermelada de higos (NO ME GUSTAN LOS HIGOS! y esta me matoooooooooooo) la tarta de manzana, LOS SCONS!!! por mas tardes como esta iupiiii!!!
ResponderEliminarUna súper tarde de amigas!! Disfrutando cosas ricas!! Mejor imposible!! Las quiero ��������
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