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Ayer festejamos
los 91 años de mi nonna con un almuerzo. La mesa ampliada y puesta para sus
tres nietos (acá presentes, en Argentina), sus tres parejas y sus tres mininos.
Mi nonna es italiana de pura cepa, así que siempre hay dos platos: el chiquito
de la entrada y el grande para el principal, y están puestos todos los juegos
de cubiertos que vas a necesitar hasta llegar al final. Su casa es cálida, su
mesa está coronada por dos “nonnos” de vaya a saber de dónde son (son dos
platos antiguos con caras de dos personas que llevan sus buenos años velando
por nuestras comidas), su mantel siempre cambia pero siempre son los mismos, y
al tocarlos, todos ellos se sienten como estar en casa. Y para coronar la
puesta, los canelones caseros de Olga, que son la mismísima gloria. ¡Gracias
Olguita por cocinarnos todo y todo tan rico!
Esta escena que
presento es real, se repite bastante (no tanto como me gustaría) y se disfruta
cada vez más. Tener una abuela de 91 es un regalo del cielo, y que ella pueda
convivir con tres bisnietos que tengan edad suficiente para ya recordarla y
decir su nombre cualquier día, estando lejos de ella en sus propias casas, es
un lujo en vida. Estas emociones que invoco, estos recuerdos del pasado tan
presentes y tan actuales, este calor de familia grande y este legado adorable,
es lo que siento al leer la historia de Fer, cabeza y principal motor de ROSACHINA DECO (Mercadito Vintage), un emprendimiento familiar que va mucho más allá del
tarro de encontrar objetos viejos con ULTRA onda y en buen estado. Es un estilo
de vida de principios nobles, respeto por todo y todos, y de belleza simple,
que se disfruta y comparte generosa de forma cotidiana. Leerla a Fer es que te
invada una sensación de gratitud y calidez importante, ¡así que viva que podemos
hacerlo un lunes frío por la mañana! :)
Soy Fer, acuso 38
pirulos, soy mamá de Carmela y Margarita. Era novia de Pablo hasta que estas dos
pibitas maravillosas, llegaron a nuestras vidas y ya la palabra novio quedó
corta, así que se trasformó en mi marido
pero sin que lo avale el juez de paz. Estudié la Licenciatura en Ciencias de la
Educación, cursé en la UBA, así
que comí a rolete pan relleno, canté a los gritos Facultad tomada, usé botitas
de gamuza, pantalón y pollera todo junto, y un día me recibí. Y me convertí en Licenciada, ojo al piojo.
Me
dediqué al área de Psicopedagogía y
compartí millones de hermosas experiencias con niños y niñas con Necesidades Educativas Especiales.
También di clases en institutos terciarios y en la facu, me hice un poco la
canchera y usé portafolio, ¡jua! Hice un
posgrado en Estimulación Temprana y
trabajé un tiempo en programas para la primera infancia en situación de
vulnerabilidad social.
Siempre
me coparon las antigüedades, los
mercados, los recauchutajes y las casitas con olor a abuela; también los
colores, la infancia corriendo y las plantas.
Cuando
nos mudamos con Pablo a un departamento de los años 60s, casi no compramos
muebles, rescatamos cosas de volquetes, heredamos y fuimos construyendo nuestro
primer nido hippie gracias a San Ciruja. Cuando llegamos a nuestra actual casa,
decidimos que lo mejor sería que este
cuerpito fuera mama full time. Margarita era muy bebe, y somos fan de la crianza con apego y
transitamos como familia circunstancias que no fueron muy felices, las cuales
formaron en nosotros la necesidad de estar más presentes. Así que fui solo mami
por un tiempo, pero como soy muy inquieta y ansiosa, un día soñé a Rosachina y al otro día la creé. ¡Y ahí vamos! Soy una madre presente que va y viene con
cacharros y navega entre las rabietas de hijas que están podridas de ellos jajaja,
pero también se maravillan con mis pequeños logros.
Es como si Fer
siempre hubiera sido Rosachina, y sólo tuvo que esperar al momento exacto para
florecer, ¿no? ¡Linda Fer! Y miren con todo lo que se regó para ser…
Rosachina
es el jardín de mi abuela Dora, su vajilla Limoges para cuando venían sus
amigas a jugar a la canasta, sus galletitas de Limón para el té, los veranos en
sus reposeras de madera naranja y la planta de Rosa china roja custodiando la
felicidad de la infancia en una esquina del jardín. Rosachina son los ravioles
amasados por mi abuela Ida, sus cacharros enlozados, sus compoteras Rigopal
para la ensalada de fruta y su deforme perro pequinés.
Fer es
adorable. Y por favor no se pierdan el post del perro de la abuela, acá.
Este
coctel maravilloso que no es un cachivache:
porque está perfectamente ensamblado entre recuerdos, aromas, niñez y mi
maternidad, mis ganas de crear y de contar historias a través de los objetos.
Que, sí son cacharros, pero se niegan a ser desechados. Son historia, son sonrisas, son aromas, son niñez, en resumen, son re
encuentros, ¡por eso amo ser cacharrera!
En Rosachina
rescatamos objetos mágicos para sumarlos a nuestro mercadito vintage, que como
requisito siempre tienen que gustarnos a nosotros primero, nos tiene que brotar esa sensación en el cuerpo que nos sugiera
“ a esto me lo re quedo”.
Preferimos sumar a nuestro stock
aquella vajilla que nuestras abuelas usaban a diario, las cuales nos
sumergen directo en la construcción de nuestros recuerdos. Los objetos más vividos
son los que generan la felicidad de encontrarnos con aquello que alguna vez nos
fue tan cotidiano.
Nos imaginamos
siempre el destino de cada cosa que encontramos.
Le soñamos casitas con olor a merienda, jardines con hortensias que nos remiten
al Delta, aparadores de campo, comidas fortachonas de invierno, malvones en
latas de aceites, manteles con flores, siestas de campo y cocinas concurridas.
Cuando tenemos un
ratito de tiempo Pablo, que es carpintero, suele fabricar alguna cosita linda
para que los cacharros se luzcan más coquetos.
Tratamos de recorrer pueblitos del
interior de Buenos Aires para dar con “el cacharro”. A veces lo
logramos, otras veces es una misión
fallida, pero es la excusa perfecta para catar helados pueblerinos, juntar yuyos,
sacar miles de fotos, cazar casas cacharreras y abrir mi imaginación para
contar historias .
Rosachina
es toda una familia trabajando, para encontrar tesoros que te charlan historias
y muchas veces te invitan a pegarte un viaje hacia aquellos lugares que alguna
vez transitaste con alegría… ¡somos un equipo cacharrero, a su servicio!
¿Sintieron lo
mismo que yo? ¡Apuesto todos mis enlozados tan amados que sí! Fer tiene la
capacidad de escribir con emoción, tiene el poder de transportarte a recuerdos
y lugares especiales, ¡y además te puede hacer reír y mucho! Sus posteos en
redes son briiiiiiiiiiillantes, los querés leer más allá de estar buscando
algún cacharro copado para comprar. Fer es de pluma súper disfrutable y me
alegra que le dedique tiempo a un blog propio, Decocacharrera :)
Más allá de la
pluma, y de lo genial que es en persona (abrazable al 100%), la puede encontrar
en el mail rosachinadeco@gmail.com para consultar qué tienen “en
stock” (suena raro decir stock a hallazgos del pasado, pero bueno, se dan una
idea), y también pueden seguir como halcones las presentaciones en redes de sus
últimas conquistas vintage que no se van a quedar ;) Usa Facebook e Instagram
:D
¡Y hay más! ROSACHINA
DECO (Mercadito Vintage) tiene showroom en Sáenz Peña, Tres de Febrero, Buenos
Aires; y punto de entrega en Nituke Almacén Natural, que queda en San Martín 2541, Florida,
Vicente López, Buenos Aires. Y además, Fer & family siempre están presentes
en el mercadito de antigüedades de Cultura Retro,
así que la encontrarán seguro el sábado 6 de abril en “Otoño en Boulevard”, una
hermosa fiesta barrial para compartir en familia. Bien como le gustaría a la
Fer de Rosachina :)
¡Gracias
totales Fer por existir y muy bienvenida Rosachina a Alma Singer!
ROSACHINA
DECO (Mercadito Vintage)
Showroom en Sáenz Peña, Tres de
Febrero, Buenos Aires.
Punto de entrega en Nituke Almacén Natural: San Martín 2541, Florida,
Vicente López, Buenos Aires.
Todas las fotos de
este post pertenecen a Fer de ROSACHINA DECO (Mercadito Vintage).
hermosooo!!!!!!!! qué lindo, en medio de cajas, membranas, techos, y caos total me tomé unos minutos para leer el post de Fer. Quiero que sepan que tenemos muuuuchas cositas del Mercadito Vintage (el cual conocí gracias a vos Vero, cuando publicaste los tarros enlozados) y las amamos con todo nuestro corazón... qué hermosa nota!! las quiero a las dos!! ♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡
ResponderEliminar¡Ñaaaaaa linda Loooo! Qué honor que tu respiro de vida nueva haya sido un post de Alma :D Es que sí: Fer es irresistible, además tiene tanta alegría y buena onda que apuesto que después activaste mil cosas en tiempo record jajaja! Besos lindaaa, te queremos!
EliminarHermosa descripción del cumple de la nonna Rosanna, que suerte tenerla como abuela. Divinas las cosas de Mercadito Vintage. Besos y abrazos
ResponderEliminarTotalmente Emilia, un lujo en vida la nonna :) Beso inmenso!
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