Estoy viendo que
parte de casa asigno para elevar un altar, llenarlo de velitas y utensilios de
cocina, y agradecer diariamente a Dios por la fortuna que tengo de ser invitada
a comer a restaurantes increíbles. Estoy alucinada y recontra archi súper agradecida
por esta suerte gastronómica de primera que me está tocando vivir, y espero que
sea contagiosa :D Lo que sí puedo contagiar es mi nuevo fanatismo por dos casas
que se lucen en la cocina y que te hacen vivir una experiencia integral de
comida legendaria. Cada día estoy más convencida que el mejor lujo que nos
podemos dar en vida es compartir un gran momento con un ser querido, platos de
por medio. Empezamos por la cena…
Los chicos de Páru Inka me invitaron a comer a su nuevo local, Páru Deli, cuyas puertas dan al hermoso
boulevard Cerviño de Palermo. Acepté muy agradecida la invitación, y el miércoles
pasado fuimos con mamá, en su semanita de “soltera” porque mi viejo está de
viaje. ¡Plan de chicas!
Páru Deli queda en
Cerviño 3812 y es la versión petit de esta propuesta gastronómica comandada por
Jann Van Oordt, un reconocido chef peruano al que le debo gracias hasta el fin
de mis días. Pero banquen, ya les hablaré de los sabores de este artista de las
hornallas, que fusiona con maestría la comida peruana con la asiática. Vamos
primero al lugar (y disculpen mis fotos, lo mío no es sacar de noche)…
El espacio presenta
una simpleza delicada, cálida gracias al buen uso de la madera. Y amé los
azulejos de vidrio, le dan un gran toque sofisticado a la luz de las velas (mejor
dicho, del aceite encendido en copas, mooooy canchero). Me gustó mucho el
lugar, y mucho más el segundo factor que conocimos de Páru: el servicio. Nos
atendió un muy atento Nicolás, que se tomó el tiempo de explicarnos cada paso
con amabilidad y buena onda, y además fue el encargado de elegir para nosotras
degustaciones de varios platos, así podíamos conocer la extensión de la
propuesta diseñada por Jann Van Oordt. Nicolás, ¡tendrás un lugar especial en
mi altar!
Bueno, ¡hablemos de
la comida! ¡Hablemos del festín culinario que tuvimos el privilegio de conocer
y acompañar con riquísimas limonadas!
Como
bienvenida, un roll de sushi con salmón y queso Philadelphia, como para que
vayas preparando el terreno. ¡Bien preparado quedó!
Ceviche
peruano, con pescado marinado en lima, maíz y ajíes peruanos, y una batata al
horno que POR FAVOR, qué buen toque dulce le dio al magnífico combo.
Tiradito
Car-passion: láminas de salmón en miel de maracuyá y lima servidos con hilos
crocantes de filo y brotes de berro. Qué atinado el toque crocante sobre esta maravilla
de salmón. NOS COMIMOS TODO. Y si hubiéramos tenido pancito, las dos hubiéramos
hecho el papelón de pasarlo por la fuente :p
Rolls de
salmón, queso Philadelphia y lámina de palta. Exquisitos por sí mismos, pero
combinados con la salsa de soja dulce que trajo el plato se convirtieron en una
explosión de FELICIDAD. Esa salsa es TODO chicos.
El
glorioso Kani Wan: empanaditas de masa filo (¡la amamos!) rellenas de
langostinos, queso y maní con miel de rocoto (te lo debo) y maracuyá. Tres
bocados y estás en el cielo. ¡No se olviden de embeberlo en la salsa agridulce
que acompaña!
“Ay, por
favor” (les juro que acabo de decir eso
cuando abrí esta nueva foto). Esta MARAVILLA celestial es salmón envuelvo en
semillas de sésamo dorados a la plancha a un punto perfecto, con salsa de sweet
miso. Mi vieja se hacía la canchera y los comía con palito, pero yo no tengo
paciencia ni ganas de hacer papelones: ¡tenedor veloz!
Y como
broche de oro en la etapa salada, Nicolás nos trajo el cielo, nos trajo pulpo y
langostinos “A la Páru”. Madre mía. Sí, ¡madre mía frente a mí! Estos pinchos
de felicidad estaban sazonados con manteca compuesta con salsa inglesa, jugo de
lima y gratinado con queso parmesano. ¿Qué más le puedo pedir a la vida?
Todo esto que les
presenté y vieron en fotos es una cena más que completa y satisfactoria para
dos. Posta el último plato “estaba de más” en cuanto a hambre satisfecho, ¡pero
obvio que no estuvo de más! ¡Fue el cierre perfecto, la gloria misma! Y así
quedamos las dos, piponas, para que nos tapen con frazada y nos den las buenas
noches. Pero Nicolás tiró la frase mágica… ¿algún postre? ……………… ¡Para qué!
#gordaforever & mom no podemos resisitir los dulces, así que nos hicimos
las recatadas y pedimos para probar el soufflé de helado de maracuyá y
cremolada de frutillas…
El cierre
perfecto. Larga vida a este bendito postre. ¡Larga en serio!
No es joda chicos,
ni exageración. Comimos de piiiiiiiiiiii madre, aprendimos sabores nuevos muy
bien asistidas por nuestro camarero amigo, y nos divertimos mucho. Qué lindos
son los momentos madre – hija :) Así que les exijo con urgencia que se regalen
un gran momento con quien sea en Páru Deli. La carta es más acotada que otros
Párus, y por lo que cuentan mis amigas de prensa, la propuesta acá está a
precios más accesibles. Además, este Páru del Palermo Botánico tiene servicio
de delivery, que abarca Recoleta, Palermo y parte de Belgrano. ¡Imagínense este
festín en pijama! Y si prefieren hacer un take away, por pasar a buscar su
pedido en el local tienen un 15% de descuento en la compra. Nada mal, ¿no? :D Páru
te amamos. En serio. Mucho.
¡Grazias
grazias totales e infinitas Páru Deli por esta magnífica invitación! ¡Nos
volveremos a ver seguro! :D
Páru
Deli
D: Cerviño 3812,
Palermo.
T: 4802-2789
H: Lunes a sábados
de 12 a 15hs y de 19 a 23hs.
Delivery únicamente
de 19 a 23hs.
Vengo del brunch de Harturo y ahora esto (justo despues de una milanesa de soja con puré... tristísimo!) como que me estás matando!!! ah! el rocoto es una especie de pimiento rojo picanton de Peru. Verito, te envidio sanamente por haber sido elegida por los dioses de Paru :) Está entre mis grandes pendientes! Beso!
ResponderEliminarBeso!