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Mountain Sound - Of Monsters and Men
Yo deseé tener un
verano como fue mi 28 de enero. Deseé tener días sin ocupaciones, sin
obligaciones, sin corridas; sólo las que yo quisiera correr para perseguir
disfrutes, paseos, sabores y siestas. Sí, correr para dormir la siesta no suena
para nada mal. Pero mi verano fue otra cosa. Existieron las corridas y las
obligaciones y, peor, las preocupaciones. Salvo el 28 de enero. Ese día fue un
regalo, un auto regalo. Ese día mis deseos se materializaron a los pies del
subte de Buenos Aires, que me conectó en un encuentro fugaz con mi querida Lou para que mi querida cuñada Vicky tenga su ya clásica Agenda del Almacén de Lou; que
me trasladó a Monserrat a conocer la tienda taller de Carro;
que me llevó a pasear por el Metrobus de la 9 de Julio, haciendo que mis pelos
se vuelen con el viento apurado del colectivo sorteado hasta el Obelisco; y que
me volvió a llevar hacia las inmediaciones del corazón de la Capital. El subte
de Buenos Aires me dejó en la Estación Medrano, de la línea B, a pasos de
Espacio Moebius, en Almagro, para por fin saldar mi deuda con una ilustradora a
la que había apoyado a través de Idea.me.
Ya era hora de buscar mis dos ediciones de “Otoño en Escandinavia, Primavera en
Agronomía” de Marina Haller…
Me quedé
con ganas de comprarme “Lo que el viento me dejó” de Laura Varsky. (Pero siempre está bueno quedarse con las ganas de algo para tener una excusa
para volver).
Conocí la
nueva edición del genial Bolazo,
el no cuaderno para dibujar.
Llegué a
ver la muestra de Juan Pablo Zaramella en bandejitas de cartón. Me encantó el lienzo. Y el uso del color sobre ilustraciones
en negro:
Bueno. Eso es
Espacio Moebius.
Es ir con tiempo, mirar cada rincón, reconocer y conocer, y
llevarte la sensación que hay muchas cosas muy buenas pasando en el plano
artístico y creativo nacional. Y también llevarte algo, claro. Así llegamos por
fin a vivir “Otoño en Escandinavia, Primavera en Agronomía” (OEPA) de Marina Haller, una ilustradora que me copa desde siempre, por eso banqué su proyecto
en Idea.me y celebré el día que me regalé para ir a buscar mis copias. Les dejo
la esencia de este maravilloso libro en palabras (e imágenes) de Marina…
“Otoño
en Escandinavia, Primavera en Agronomía” surge de la necesidad personal de
documentar un mundo que descubrí y fui conformando con mis visitas en bicicleta
por los parques de Agronomía y el barrio Rawson, ubicados ambos dentro de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
A
modo de homenaje y con la intención de que otras personas puedan revivir esta
experiencia, me planteé producir un libro (diario de viaje/diario íntimo) que
tenga como función transmitir los sentimientos y lazos emotivos que se
generaron en estos espacios a través de mis paseos.
Estas
imágenes, sensaciones y documentaciones me provocaban un gran entusiasmo, y
surgieron a partir de una búsqueda por encontrar un refugio que me aparte de la
rutina y ofrezca el relajo que la vorágine de la vida cotidiana hace necesitar.
Un espacio que dejó que me apropiara de él como un tesoro. Un lugar que me
permitió conectarme imaginariamente con otros lugares.
Motivada
por esta experiencia comencé la búsqueda de espacios, que suponía podrían
brindarme algo similar. Ante la posibilidad de realizar un viaje, esta
influencia me llevó a elegir cómo destino a Escandinavia. Y allí entendí que
todo era parte de lo mismo. Lo que conseguí descubrir en Agronomía lo descubrí
también en Escandinavia. Se sucedieron mismas imágenes, momentos y sensaciones,
y naturalmente todo resultó análogo entre sí.
Esto
me hizo pensar la siguiente reflexión: el mundo es uno solo y más allá de las
distancias, las diferencias culturales y sociales, las dimensiones que se
tengan en cuenta o la historia de cada lugar, hay algo que se mantiene y se
esfuerza, casi imperceptiblemente por subsistir, la naturaleza. La sorpresa que
genera descubrir sensaciones similares en lugares tan distantes, puede ser explicado
a partir del alejamiento que los habitantes de los grandes centros urbanos
sienten respecto de la naturaleza.
Es
por esto que podríamos preguntarnos: ¿cómo dos regiones de dimensiones tan
distintas (Escandinavia y Agronomía) y tan lejanas entre sí pueden producir
emociones tan cercanas? La respuesta es muy simple, habitamos un plantea y más
allá de los límites geográficos, el idioma, la cultura o las costumbres, es
ésta la poseedora y generadora de esas sensaciones de placer, felicidad y paz.
A
partir de este concepto, creé la idea de que Escandinavia y Agronomía eran un
mismo lugar pese a encontrarse a más de 13.000 km. de distancia. Un mismo
mundo, dividido en dos partes que se diferencian por su estación. Pero que
contienen las mismas pequeñas cosas que lo hacen y forman su esencia: los
árboles, las casas, el césped, el silencio, la brisa al andar en bicicleta y lo
más importante la sensación de que los dos lugares se conectan para completar
un mismo destino.
La
mínima expresión de Escandinavia sería Agronomía y si Agronomía fuera una
región (con países, ciudades y barrios) sería Escandinavia.
Este
libro propone un intento por atravesar esa experiencia, de motivar a sus
lectores a realizarla y de acercarlos a la posibilidad de contemplar y dejarse
influir por el involuntario placer que la naturaleza puede originar.
Agradecí la
asistencia y buena onda de la chica que me atendió, y me llevé mis dos tesoros
(uno para mí, uno para Mechi)
a la boca del subte, para volver a surgir una vez más (y por última vez en el
día), en Dorrego. Como ese día fue un regalo, me invité una lágrima sentada en
una mesa de madera, junto a una ventana bañada por las últimas luces de la
tarde, en el Le Blé más cercano.
Ahí leí y recorrí cada página de “Otoño en Escandinavia, Primavera en
Agronomía” como si las agujas del reloj estuvieran en pausa para siempre.
Disfruté cada foto, cada personaje ilustrado, cada secuencia natural, cada
casa, cada perro, gato, oso, pájaro y bicicleta que Marina vio, sintió y
dibujó. Disfruté también las obras de las artistas invitadas del libro (Miss Capricho, Ana Carucci, Johanna Wilhem, Karin Rönmark, Mara Caffarone, Mette Kaada / Out of paper, Maite Oz, Emmi Jormalainen y Aino-Maija Metsola), de acá
y de allá, como este hermosísimo libro. Gracias 28 de enero por haber sido mi
mejor regalo del verano…
¡Felicitaciones
Marina por el librazo!
Espacio
Moebius
D: Bulnes 658,
Almagro.
H: Lunes a viernes
de 15 a 20hs.
Marina
Haller
Las fotos de Espacio
Moebius + la del libro en Le Blé las saqué yo. El resto son imágenes que
pertenecen a Marina Haller y hay una foto de Mariano Sanjiao.
Veo, que lindoooo, cuanto hace que no me regalo un dia asi... para comprarme algo y luego deleitarme en un lindo cafe!!!!!! divinas las fotos y divino lugar para meterse un buen rato!!!! un beso
ResponderEliminar¡Te merecés un día así Anitaaaaaaaa! Dejame a los chicos, me los llevo al cine y andaaa jajajaaj! :D
EliminarHola Vero, me teletransporté por unos minutos en este recorrido! qué lindo es regalarse un día así. Hay que darse esos tiempos, son necesarios y te renuevan las energías. Y el libro de Marina me lo traje en mi último viaje, es genial. Un abrazo!
ResponderEliminarAyyyy me muero de amor! por el día libre, por ese lugar, por ese tiempo.
ResponderEliminargracias Vero por regalarme una escapada virtual a ese mundo, y el deseo real de tener que organizarme para ir!
Amé tu relato!!! me dormí y me quedé c las ganas de comprarme ESE libro en dicha oportunidad, so....tendré que regalármelo!
ResponderEliminarChinchin porque tengas muchos más 'veintiochos de enero' en el 2016 :-*
Bellísima entrada, qué lindo cuando un libro nos suspende en el tiempo. :)
ResponderEliminarÑaaaa lindas todas <3 Les deseo un 28 de enero una vez por semana y que sus manos (y ojos) se encuentren pronto con este libro ;) Besos y gracias por pasar :)
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