Esta es una historia de chica que conoce cafecito. La chica cree en el amor a primera vista, en los pain au chocolat recién horneados y en
tomarse un café con una amiga siempre que pueda. El cafecito cree en las
harinas en todas sus formas de elaboración casera, en la comodidad y belleza de
los templos del sabor, y le encanta el aroma a los granos de café. Esta es una
historia de chica que conoce cafecito; y tienen que saber de entrada: ésta definitivamente
es una historia de amor…
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Us – Regina Spektor
Esta es otra
historia de amor que nació arriba de un medio de transporte, auto y bondi por
igual. Méli Mélo se anunciaba tentador desde el ventanal cada vez que yo pasaba
por Libertador a paso apurado con destino a otro lado. Una, dos, diez veces y
más. Hasta el día que me bajé tres paradas antes para pasar a ver qué onda. Tenía
la excusa para entrar y no quedar como una gropie de 130 cualquiera: quería
agasajar al equipo de la oficina de mis viejos por fin de año… ¿y qué mejor
forma que hacerlo con pain au chocolat,
croissant tradicionales y una croissant aux amandes (con almendras)
para mamá? Entré, vi, me enamoré, compré, y me fui, con la promesa de volver
pronto. ¡No podía llevar media docena de enormes facturas francesas sin probar
ni un bocado y quedarme con la intriga mucho tiempo!
Así que pronto
volví, con Nati. Tan buena estrella tuvo ese encuentro que conseguí lugar para
estacionar en zona del Barrio Chino casi sin buscarlo. Así nacen las historias
de amor, con todo el camino allanado y los pajaritos de Belgrano cantando. Bonsoir Monsieur Méli Mélo…
Y por todo eso mi
elección: un pain au chocolat, un pan
de chocolate crujiente, grande, generoso en relleno y liviano al paladar...
Uno
de los mejores que comí en mi no-carrera de aficionada a la panadería francesa
local. ¿Está mal que me quiera comer dos o tres al hilo? No sé si está bien o
mal, pero por suerte tengo a Nati y a su ensalada de frutas juzgadora para
frenarme el impulso a derrapar…
Tengo que
volver sin esa ensalada de frutas juzgadora en mis narices. Igual miren qué
rica y fresca pinta tiene ;)
En fin. Sólo me tomó
un bocado de esa maravilla de harina para sellar un amor de toda la vida. Ahora
quiero ir por todo: desayuno y almuerzo, y vuelta a merendar, ¡hasta probar
toda la carta! Agradezco que este amor verdadero me quede a 10 paradas de bondi
de casa, que me quede a distancia sin lengua afuera de bici, y que me quede en
el radio habitual de movimiento. Agradezco que Méli Mélo sea un poco de todo y
un firme puente mental entre nuestra querida ciudad y el país de uno de los
mejores inventos del hombre panadero…
Game on.
Méli
Mélo
D: Av. Libertador
5990, esquina Juramento, Belgrano.
T: 4788-3926.
H: Lunes a viernes
de 8 a 19:30hs. Sábados de 9 a 19:30hs.
Fotos por Vero
Mariani.
Amo tus descrubrimientos Vero! Que lindo lugar y que suerte que bajaste a conocerlo. La proxima que ande por el barrio chino sin saber donde merendar, ya se donde dirigirme. Mil gracias!!! Besossss
ResponderEliminarAmé, amé, amé la introducción de este post! El amor eterno a las harinas genera cosas geniales y vos sí que sabés explotarlas! Yo mientras tanto me dedico a seguir tus pasos y comer, comer, comer...
ResponderEliminarAgendo gustosa este lugar increíble, de conocerlo antes me comía algo rico, antes de mi regreso a Luján, el sábado increíble del #instameet !!!
ResponderEliminarNo puedo creer lo fabulosa que sos escribiendo, como te digo siempre...con vos introduciendo el producto ...YO COMPRO SEGURO.
Tenés que escribir algún libro contando todas tus experiencias culinarias, algo así como una guía gourmet para saber dónde ir cuando queremos disfrutar del buen comer.
Besos Vero, sos genial.
Maria Rosa
Luján-BsAs
El pan au chocolat me puede!! tengo que probar este.
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