Estamos celebrando
el Mes de las Tapas, ¿sabían? ¡Glorioso! Bien por La Salteña que se le ocurrió
dedicar un mes a esas milagrosas aliadas de nuestra cocina en casa. En nuestro
caso puntual, son ese comodín que salen a la hora de la cena por lo menos dos
veces por semana, y nos aseguran un plato exquisito para mínimo dos comidas por
horneada. Me da tranquilidad saber que estamos comiendo vegetales de una forma
rica, casera y saludable. Y va más allá de eso, también es el tiempo compartido
en la cocina cuando llega el momento de hacer la cena (o los almuerzos los
fines de semana). En temas de tartas, yo me ocupo del relleno y Mr. P de la
tarta una vez que entra al horno; pero los dos vamos y venimos, compartimos las
anécdotas del día o los planes de la semana, escuchamos música o Los Simpsons
de fondo, ese tipo de cosas, ya saben. Nos debe pasar a todos, ¿no? :)
Cuando La Salteña me
invitó a compartir mi receta de tarta casera favorita, fue un sí sin dudarlo.
Fue un sí y fue abrir el freezer inmediatamente, donde Mr. P y yo nos
estoqueamos de tapas de tarta La Salteña en cantidades industriales (¡necesito
tener mucho stock de mis ingredientes básicos!). Y solemos tener de dos
variedades, tapas Criolla y tapas Light; pero desde que probamos la nueva de
semillas (¡ES MUY LO MÁS DE LO MÁS!), tenemos tres variedades, por mínimo dos
unidades cada una. Somos un almacén, lo sé :p
El punto es que
tenemos muchas tartas freezadas porque nos rinde siempre. En noches hábiles yo
suelo terminar de laburar a las ocho de la noche, y el hambre ya está ahí, por
eso con una tarta en una hora más o menos estamos cenando. Creo sin dudas que es
la comida casera más copada que hay, no sólo por el relativamente poco tiempo
que lleva, sino también porque te permite jugar con lo que tenés en ese momento
en la heladera. ¡Todo vale para hacer una tarta! Además nos encanta la masa, es
el crunchi que queda al final de un buen relleno.
En fin, no me quiero
ir por las ramas porque si se trata de harinas, ¡puedo seguir por horas! Vamos
a lo que nos compete hoy, mi receta de tarta favorita, protagonizada por
cebolla, tres tipos de quesos que siempre tenemos disponibles en casa, y un
toque de mostaza con miel, el dato clave que define la receta. ¿Vamos a
cocinar…?
Tarta
de Cebollas Improvisada
Esta receta nació un
día que me pintó hacer un almuerzo “cuasi francés”. Pensé en cebollas, manteca
y mostaza de dijón, y pensé que todo eso podía quedar bien. Oui oui, no me
equivoqué. Y lo mejor es que lo hice con ingredientes que nunca faltan en casa,
son nuestra base culinaria…
Ingredientes
3 cebollas blancas
grandes
Un poco (o mucho) de
manteca (a gusto)
Un chorrito de
aceite de girasol (o de oliva si les gusta a la sartén…)
Sal a gusto
Una pizca de
pimienta negra
Cucharada de sopa de
queso deshidratada
Una cucharada sopera
bien colmada de queso crema
Una cucharada grande
de té de mostaza de Dijon o tres cucharadas de té de mostaza con miel
100 gramos de queso
cremoso cortado en cubitos
Una lluvia de queso
rallado (cantidad a gusto)
Dos huevos grandes o
tres huevos chicos
Paso
a paso
Antes de comenzar,
saco la tapa La Salteña del freezer. Ya calculé que si la saco justo antes de
empezar, para cuando la necesito está en su punto de descongelamiento ideal
para manipular. Miren qué linda queda…
Calentar un poco de
manteca en una olla o sartén grande (pónganle un chorrito de aceite para que no
se queme la manteca).
Cortar las tres
cebollas en rodajas grandes y tirarlas a la olla cuando la manteca esté
haciendo ruidito (¡antes que se queme!).
Espolvorear la
cucharada de sopa de queso deshidratada, sal a gusto y una pizca de pimienta
negra; y revolver. Ir moviendo la cebolla de tanto en tanto, procurando que se
vaya blanqueando sin quemar.
Cuando la cebolla ya
está lista, sacar del fuego y poner en un bowl grande.
Ahí sumar 100 gramos
de queso cremoso cortado en cubitos y revolver…
Seguir con una
lluvia de queso rallado (cantidad a gusto) y revolver…
Luego una cucharada
de té de mostaza de Dijon o tres cucharadas de té de mostaza con miel (prueben
el mix antes de agregarle los huevos para saber si la cantidad de mostaza que
tiene les gusta o quieren más). Revolver…
Sigue una cucharada sopera
generosa de queso crema, y claro, revolver un poco más hasta que todo se haya
hecho amigo…
Para finalizar,
sumar dos huevos grandes o tres huevos chicos… ¡y a mezclar todo!
Cuando la mezcla se
ve homogénea, volcarla sobre una tapa de pascualina Criolla de La Salteña, que
previamente acomodamos en una tartera apta para horno con un chorrito de aceite
en la base para que no se pegue (yo le paso una hoja de papel de cocina para
esparcir el aceite por toda la superficie y los bordes).
Después de acomodar
el relleno con la cuchara para que quede parejo…
Así como estaba en
esta instancia, sin tapa, la re podría haber mandado al horno, pero en casa
tenemos una tendencia a adorar las harinas, así que la regla general es
cubrirla con la segunda tapa de pascualina Criolla de La Salteña :D ¡Más masa
crocante para disfrutar! En fin, ahí es cuando hay que hacer el repulgue (en mi
caso como me salga… soy LO MENOS para los repulgues).
Luego hay que
pinchar la tapa superior con un tenedor en varias pinchadas, onda que pueda
salir un poco el calor cuando esté en el horno y no se infle toda. Si estoy
inspirada escribo “HOLA” con el tenedor sobre la tapa superior #soymuygoma
#losé.
¡Y listo! Va al
horno. Yo lo pongo en horno medio y le calculo maso media hora, pero cada uno
sabe cuánto calienta su propio horno. Para chequear que esté lista, yo me fijo
que esté hecha de arriba y bien doradita en su base (por eso uso tarteras de
vidrio)…
Cuando ese combo se
da, apago el horno y la dejo reposar sobre una tablita o un repasador hasta que
se entibie. Ahí comemos y somos felices :)
Claves
de esta receta: la
pimienta, la cucharada de sopa de crema de queso deshidratada y la mostaza son
los infaltables de esta tarta. Definen 100% su sabor.
Sugerencia:
acompañen la tarta
con una ensalada de lechuga, cebolla cortada finita y suavizada en agua
hirviendo por media hora, y aceite de oliva. Es súper sencilla pero es una
guarnición fresca que va muy bien con esta tarta de cebollas.
Espero que les haya
gustado la receta y que quieran ponerla en práctica cualquier día de la semana.
Si son como yo, ya saben lo bien que nos hace cocinar, las pilas que nos carga
y los buenos momentos que pasamos con nuestros seres queridos junto al horno prendido…
¡y ni hablar de lo rico que queda el almuerzo y/o la cena!
En este Mes de las
Tapas de La Salteña les propongo que jueguen con los ingredientes que tiene en
casa, que encuentren combinaciones que funcionen para ustedes (¡que sientan muy
suyas!) y que compartan con sus familiares y amigos eso que nos hace tan de acá:
tener la inventiva de cocinar una buena comida casera en buenos tiempos
compartidos…
¡Muy buen
provecho chicos, en todos los sentidos!
La
Salteña
#MuyDeAcá #MuyTuyas