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Top Of The World – Imagine Dragons
Ya nos estamos
acostumbrando a comprar online de todo, ¿por qué el universo saludable y
orgánico tendría que ser la excepción? Está buenísimo ir a ferias y mercados al
aire libre para entrar en contacto con productores directamente, conocer lo que
hacen, probar sus propuestas. Eso no lo discuto ni un segundo, es lo más de lo
más. Pero cuando el producto sin conservantes ni pesticidas dejó de ser una
novedad para pasar a ser parte de nuestra vida cotidiana, así como muchos
nuevos rituales saludables que empezamos a poner en práctica, está buenísimo
que alguien atienda a esa demanda y te facilite el contacto (y el consumo) de
productos ricos, naturales y orgánicos. Bueno, hace poco descubrí que ese
alguien es Jardín Orgánico, una súper tienda online dotada de más de 600
productos alimenticios y de cosmética orgánica, todo de calidad de origen
nacional y certificados. Todo llega a la puerta de tu casa. Y un flor de pedido
llegó a la mía.
Este pedido nació el
día que me registré en Jardín Orgánico y recorrí sus “góndolas” virtuales hasta
encontrar todo lo que estaba necesitando. La experiencia de selección es muy
grata y completa, fue algo que disfruté con tiempo porque fui descubriendo
marcas y propuestas que no conocía. Ese es otro gran plus para Jardín Orgánico.
Cuando terminé la
compra me llegó un mail avisándome que ya estaba tramitada, y que me llegaría a
casa el día pautado (no me acuerdo si fueron tres o cuatro días, tengan eso en
cuenta para programar bien sus pedidos). Lo copadísimo fue que, la mañana de la
entrega predeterminada, me llegó un mail para recordarme que mi pedido estaba
listo y, que según lo acordado, estaría llegando a casa entre las 10 y las 12hs.
¡Te dan hasta el nombre del repartidor! Y así fue, llegaron en tiempo y forma,
en una camioneta ploteada de la marca súper profesional. Una bolsa llena de
productos que cuidan el medioambiente y la salud de nuestra mini familia de dos
tocó el timbre…
Como niña que ama
abrir regalos, desanudé la bolsa de la entrega y exploré cada fruta, verdura y
producto de almacén que había elegido. Lo mágico fue el aroma a manzana que
llenó el comedor, ¡me dieron ganas de comer tres manzanas ralladas ahí mismo!
Ese fue el gran símbolo de la mercadería orgánica. Hacía mucho tiempo no sentía
un perfume tan delicioso e intenso. Y el estado de los ingredientes fue
excepcional…
Acelga en
grandes cantidades. ¡Necesito una receta de buñuelos!
Remolacha
perfecta. Para Mr. P parecen sacadas de Harry Potter.
¡Zanahorias
blancas! ¡No sabían que existían! Están apoyadas sobre un repasador ya a esta
altura vintage de Sólo para Mí con ilustración de Seelvana.