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Little French Song - Carla Bruni
Entre la ronda por Cafira y ver pintar en vivo a Gaby Boccardo en Presentes, Luli, Pepita y yo necesitamos
un lugar donde sentarnos a descansar, seguir charlando y comer cosas ricas. Lo
que nunca se nos ocurrió es que el break iba a ser en París…
Dejamos el auto en
un estacionamiento (classic Palermo Botánico) y enfilamos para un lugar que
nunca llegó a ser porque nos topamos con la encantadora esquina de Coco Café.
No hay foto. Imagínense grandes ventanales, marcos entre turquesa y verde
pastel, vidrios intervenidos por un lindo logo y la invitación a placeres
caseros, placeres horneados. Mais oui.
Entramos. Y fue París…
Piso damero blanco y
negro, mesas blancas, sillas de madera, luminarias dignas de la ciudad de la
luz y un exhibidor de película francesa. Sí. Me sentí en París. Suspiro. Elegimos una mesa del fondo
junto a la ventana y enseguida nos recibieron con la carta y la panera más
espectacular que vi en muuuuucho tiempo. Mucho de verdad. Había como cuatro
tipo de panificados, todos tentadores y muy bien maridados con un dip de queso
con onda que calmó las fieras. Si voy a ir al infierno calórico, que sea por
una panera.
A mí me costó mucho
elegir el plato. Quería tres. Al mismo tiempo. Pero no íbamos a echar por la
borda todo lo que #neumo me hizo bajar, así que me serené, y entre charlas y
risas, me decidí por un sándwich de pollo con guacamole en pan lactal con una
ensalada (amé que puedas elegir el tipo de pan y el acompañamiento). Luli optó
por lo mismo pero con pan de focaccia y papas fritas, y Pepita eligió una tarta
con verdes. Con nuestros platos en camino y tres limonadas frozen muy buenas en
la mesa, nos fuimos por la tangente. ¡Hacía muuuuucho que no nos veíamos las
tres!
Antes de darnos
cuenta, la comida llegó con alegría y toda la gloria. Eran porciones súper
generosas y los sabores estaban muy bien logrados.
Nadie habló por por lo menos
cinco minutos. Y eso, en términos minitah, es UN MONTÓN. Y en esos milagrosos
momentos de silencio pensaba qué rápida atención tienen en Coco Café, servicial
y rápida. Ideal para un almuerzo de semana, domado por el reloj de las
obligaciones.
Luli no
terminó su sándwich y se lo dieron para llevar. Bien ahí. ¡Después se lo olvidó
en mi auto! A la noche le rendí sus honores, y seguía tan rico y fresco como al
mediodía :p
Volvamos. Cuando
terminamos, tuve la sensación de querer pedir un postre pero sabía que era
demasiado. El sándwich fue más que suficiente, fue una oda al sabor rico bienvenido
después de tanto tiempo. De salida, una majestuosa Torta Rogel me devolvió a Argentina
y les juro que me guiñó el ojo. Lo tomé como una nueva invitación a Coco Café,
algún día cercano, a la hora del té.
À bientôt Coco, j'espère
Coco
Café
D1: Cabello 3794,
Palermo.
T1: 4843-7491.
D2: Demaria 4615,
Palermo.
T2: 4772-7890.
H: Lunes a domingos
de 8 a 00hs.
Las tortas de coco, por dios, no hay dieta que resista.
ResponderEliminarbeso gigante verito!
Los sandwiches parecen deliciosos! Tus fotos son lo más!!!!
ResponderEliminarQué pinta !!
ResponderEliminarYo no hubiese podido salir de ahí sin probar la torta....mmmm...se me hace agua la boca!!
Un beso.
Me tentó el lugar, me tentó la comida....y me tentó ese anillo hermoso!!
ResponderEliminarBesos Vero!
Que tentador !! Para ir prontito a deleitarse !! Hermoso post Vero !!
ResponderEliminar:D gracias por tentaese conmigo chicas!!! jajaja! besos a todas!!
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