Esta es la historia
de un almuerzo de finales de verano, cuando todavía me tomaba licencias y podía
disfrutar una buena comida con una buena amiga por unas buenas horas. Esta es
la historia de una nueva cocina de barrio, que vino a ocupar el digno y muy
merecido lugar del viejo “Luciana”, un clásico restaurant de Belgrano que
alimentó a generaciones desde su luminosa esquina, en Amenábar y Zabala. Recuerdo
pocas comidas en Luciana, en mis años mozos de puberpapelón, pero fueron
comidas legendarias. No sólo los sabores eran extraordinarios con doble ración
de queso parmesano, también tenía el condimento de ser el restaurant familiar
de mi querido mejor amigo Pupeto. Cuando esta historia adquiere nuevos dueños y
se cruza conmigo a finales de verano, esa esencia barrial bien sabrosa y
cálidamente atendida de Luciana se vuelve a sentir en su heredero. Esta es la
historia de un memorable almuerzo en Ficattola.
Las casualidades se
divirtieron mucho el día que Romi Goransky me propuso juntarnos a almorzar en
Ficattola, la nueva propuesta gastronómica de su amiga Denise y equipo. Fue
volver a Luciana con cara lavada. ¡Y la dejaron divina! Miren… ¡miren por favor
qué linda!
Ojalá se sienta en
post esa calidez que otorgan los muebles de madera, las sillas de bar, las
flores frescas sobre las mesas. ¿Y qué me dicen de ese twist moderno de las
pizarras divinamente utilizadas por algún artista del lettering? ¡Cómo me
gustan las pizarras! En fin. Visualmente, Ficattola es un espectáculo. Ahora
vamos a los platos ;)
La bienvenida fue contundente…
No hay mayor lujo que comer simple y
bien.
Y también generosa: una
maravillosa panera con panes caseros. Ahí se ven bien las ciabatta con aceitunas
negras y tomates cherry, que tan bien conjugaron con la pasta de zapallo. Charla
va, risas vienen, y casi que la panera desaparece.
Al momento de elegir
platos, Romi optó por una entrada de ajos confitados, y un sándwich vegetariano con papas fritas muuuuuy ricas, y yo
me tiré para el lado de las ensaladas. Y no me equivoqué, ¡la de pollo empanado
sobre un manto vegetal bien italiano es riquísima!
Ese deseo de cocina
de barrio se siente en cada bocado. Se nota la mano puesta en cada propuesta, y
la experiencia panificada que tiene esta joven empresa que montó su Ficattola.
Este primer almuerzo caló profundo y, si bien todavía no volví, la intención de
regresar es firme. ¡Lo que debe ser este lugar un domingo!
Antes de despedirnos,
exploramos cada estante del almacén que despacha panes, dulces y comidas cual
rotisería. Ficattola a la mesa o para llevar a casa, ¡eso sí que es brillante!
Denise y su equipo
nos regalaron medialunas y panes a cada una (qué buena onda es ser amiga de la
amiga de la dueña jajaja). Fue el detalle final que confirmó todas mis
sospechas: esta propuesta reverencia los vínculos, la vecindad, las materias
primas de primera, los buenos sabores italianos, la atención familiar y las
ganas de convertirse en la primera opción gastronómica y social de su barrio. Si
Luciana lo viera, sabría que su fiel heredero ya abrió sus puertas…
Muchas
felicitaciones Denise y equipo por esta maravilla de lugar, ¡muchísimas gracias
por las gentilezas y muchísimos éxitos!
Ficattola
Rosticceria
D: Amenábar 1202
(esquina Zabala), Belgrano.
T: 4784-2131
H: Martes a domingos
de 8 a 22hs.
Fotos por Vero Mariani. Hay muchas más, acá.
QUE LINDO ABRIR Y ENCONTRARSE CON MI VECINA FICATTOLA!!!! TODO RICO ♥ GABI O.
ResponderEliminarQué bueno ver que la tradición italiana sigue en esa esquina! Seguro me dará nostalgia, pero prometo ir.
ResponderEliminarqué suerte gabi que lo tenés tan cerca :) y pupeto VAMOS JUNTOS!!! jajajaaj!
ResponderEliminarFicattola és la joya del vecindario! Todo original & delicioso. La atencion es excelente y abunda la buena onda. ADORO!
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