Alma Singer I | Lo que latte de una buena fuente

Todos tenemos nuestras fuentes. Mis viejos y queridos compañeros de Perfil tienen al topo que les dice quién anda metiendo billetes de las arcas del estado en una bolsa, y yo tengo a las cool whisperers que me comparten tesoros escondidos para tomar y comer. Prefiero mi línea de trabajo toda la vida ;) Lou es una de ellas, y es tan canchera que ya me comparte data por Instagram. Alabada sea la arroba y las puertas que abre. Alabado seas Lattente de Buenos Aires…

  

 Foto de Lucía Hernández Jiménez, tomada del Facebook de Lattente.

Era un día de semana cualquiera que sabías, al terminar, no sería cualquiera. El otoño ya había oscurecido la tarde y las pilas de hojas secas crujían bajo mis pies apurados. Un bondi, una barrera, un retraso, otro bondi para ganar más pasos. El taxi nunca aparece cuando tiene que aparecer. Esta maratón urbana me llevó hasta la puerta de Lattente, un café pequeño con toda la onda del mundo de Palermo. TODA. Obvio, me llegó por Lou. No podía ser de otra forma.

Llegué como pude y vi a mi amiga, sentada sonriente con su café y su coso ese redondo que no voy a poder nombrar. Nunca me aprendí su nombre, pero tendría que hacerlo para bautizar un monumento. Banquen que ahora volvemos a esto. Lattente tiene dos mesones largos y altos, y algunas mesas al fondo. Y tiene paredes negras que funcionan cual pizarras improvisada. Lattente es sencillo, lindo, bien puesto, y nada tranquilo. ¡Y eso lo digo como algo sumamente positivo! Sentí esa vibra de café de gran ciudad, donde ordenás lo que querés tomar, esperás a que te llamen con la bebida hecha, la recibís en una taza de vidrio con onda y te sentás donde encuentres lugar en este gran hogar cafetero, con esencia comunitaria. La gente va y viene, charla, se ríe, abre su laptop y trabaja. La gente se encuentra, toma, disfruta y la pasa bien. Esa es la vibra exacta que sentí desde que entré apurada y me fui feliz. Y fue la misma sensación que me sucedió cuando conocí y visité Catoti en reiteradas ocasiones (me parece que estamos hablando de un café hermano al de Belgrano…).  

En fin, vamos a los trapos. Me pedí un latte y, confiando en mi experiencia de café colombiano Catoti, no le puse azúcar. Estaba perfecto. Más estando acompañado con ese coso redondo que no puedo nombrar. Lou me contó con ojitos de groupie que los hacen los chicos de Cannoli de Palermo, quienes se presentan en su Facebook como: “dos vecinos de Palermo sirviendo frescos y crocantes cannoli por el barrio”. Tendré que probar sus cannoli, porque ya con estos cosos redondos quedé hechizada. Vayan por el de pistacho, ¡es la vida misma!

Y así pasó esa horita que pudimos robarle al tiempo con Lou, mi informante cool, divertida, arrobada y buena amiga. No sé si fue el café, el coso redondo o la charla animada, pero ese día salí de ahí sintiendo que todo era posible. Es sólo cuestión de escuchar a tus fuentes y subirte al bondi…

Lattente

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D: Thames 1891, Palermo.

H: Lunes a sábados de 9 a 20hs. Domingos de 10 a 20hs.

T: 4833-1676

La primera foto es de Lattente. El resto son mías, sacadas a las apuradas, com baja luz. ¡Son muy feas jajaja!