Cinco para amar el oficio

PLAY | Tears Dry On Their Own - Amy Winehouse

Post dedicado a mis queridas Mefis y a Ceci que hoy cumplen años y quiero que sean muy felices, siempre; y también dedicado a todas aquellas personas que se encuentran en el sincero proceso de moldear sus propias vidas. Me saco el sombrero por ustedes…

Yo celebro las cosas lindas. En una primera instancia se trata de algo visual. Lo veo, me gusta, lo celebro. Luego profundizo un poco: voy a la confección, al desarrollo de ese producto. Si lo tengo a mano lo toco vuelta y vuelta; y si son fotos, agudizo la mirada, trato de ponerle dimensión y de determinar su calidad. Y si me gusta así, dos veces bien. Ahora, cuando conozco la historia detrás de ese producto (quién fue su creador, qué pasó por su cabeza el momento de desarrollarlo, y cómo se ocupa para hacerlo lucir desde el primer encuentro hasta el bolsito donde te lo llevás a casa), cuando toda esa información llega a mí, y me gusta, mi admiración se afinca a niveles muy profundos. Muy bien. ¿Y qué pasa cuando me entero que el conjunto creador de esas cosas lindas no es una, ni dos personas… son cinco? Cinco personas para pensar, cinco personas para desarrollar líneas, cinco personas para materializar productos, cinco personas para venderlos, cinco personas para ponerse de acuerdo. ¿Qué pasa cuando pasa esto? Pasa MAUD, y mi admiración profunda se hace eterna…

Somos cinco mujeres con ocupaciones y formaciones de lo más diversas. Agustina es acompañante terapéutica y amante de la serigrafía y estampa de telas; Julieta es profesora de Artes Visuales y da clases de arte para chicos; Elisa es Licenciada en Artes Visuales y le apasiona la talla en madera; Lucila es Docente de nivel inicial y experta tejedora a crochet; Flavia es Arquitecta con curiosidad cada vez más creciente por la fotografía; y además de la cerámica a todas nos encantan las plantas, y por supuesto, las cosas hechas a mano.

Estas cinco mujeres son MAUD, una marca consagrada a rendirle culto a la alfarería, a su oficio como medio de felicidad y a los objetos hechos a mano que nacieron de la unión para llevarle amor y belleza a todos los hogares del mundo que busquen adoptarlos. Y su historia es fascinante. Vengan conmigo…  

Empezamos sin tener muy en claro hacia dónde nos iba a llevar el destino. Éramos un grupo de mujeres que nos llevábamos bien, en la búsqueda, todas intentando encontrar la manera de hacer aquello que nos acercara a la felicidad… De un modo u otro todas estábamos recorriendo caminos relacionados con el arte de la cerámica. Nos encontramos en un taller de alfarería al que cada una llegó por sus propios motivos: aprender algo distinto, tener un espacio creativo, conocer nuevas técnicas o profundizarlas, ¡hasta escapar de un psicólogo! Algo, además de la arcilla, nos unió.

Comenzamos a reunirnos a fines de 2012, con infaltables picadas de por medio, a pensar en qué necesitábamos para ponernos en acción: tornetas, lamas, pinceles, estecas,  devastadores, muchas herramientas, esmaltes, pigmentos, arcilla y lo más importante, un lugar donde arrancar. De a poco fuimos agrupando lo necesario, conseguimos un taller prestado y empezamos a trabajar. Como nuestras piezas gustaban, fuimos presentándonos en ferias y showrooms de amigos y conocidos… y el círculo se hizo cada vez más grande. Así, el emprendimiento fue creciendo naturalmente.

Poco tiempo después, a mediados de 2013, logramos mudarnos a nuestro actual taller, nuestro segundo hogar. Un ex taller de carpintería que devino en estudio de arquitectura, y que más tarde continúa con su espíritu productivo reflejado en la creación de objetos de cerámica. La calidez del encuentro se siente en las largas tardes y noches de trabajo, en las charlas, en los mates, en la música, en los momentos compartidos…  En este taller nació MAUD. El nombre de nuestro emprendimiento, de nuestro sueño.

Hace más de dos años que nuestras macetas, tazas, vasos, bowls, ensaladeras, mates, hueveras, luminarias, azucareras, platitos, fuentes, adornos y más,  habitan las casas de quienes aprecian lo hecho a mano, con cariño y dedicación.

Hacemos objetos de cerámica que nos encantan. Nuestras piezas pasan de mano en mano en un proceso de creación y transformación, donde todas vamos aportando nuestro saber y cariño. Un ida y vuelta, aprender, crear, crecer, compartir…

Las piezas son únicas, decoradas una por una con pigmentos y esmaltes. Nos interesa explorar y encontrar nuevos desafíos. Incursionamos en el uso de tiralíneas, pinceladas, gestos caligráficos. También en superposición de esmaltes y esgrafiados. La búsqueda es constante, pensamos las piezas, dibujamos… discutimos los colores... tratamos de que sean objetos con calidez y originalidad. Los diseños surgen del trabajo creativo conjunto, la sinergia es impresionante.

Al momento de definir diseños, líneas de color o decoración, pensamos en las cosas que nos gustan. Los bowls en los que serviríamos un postre en nuestra mesa, la ensaladera en la que prepararíamos una buena ensalada para compartir con la familia, los mates que nos tomaríamos con una amiga… Esas simples cosas nos inspiran… los buenos momentos, y cómo hacer de ellos una dimensión llena de color y lindura.

Al ser cinco mujeres nuestro estilo es variado, heterogéneo. Cada una trae su idea, su punto de vista…  La mirada y el aporte de cada una es clave en el proceso, es lo que define nuestro trabajo y lo hace particular. Pero sobre todo la energía y el amor que ponemos en cada pieza. Nuestra experiencia crece con cada horneada, como también nuestras ganas y nuestra amistad. Hacemos MAUD porque nos sentimos felices de hacer lo que nos gusta.

Como verán, el secreto para que cinco mujeres diseñen, desarrollen, convivan en armonía y se pongan de acuerdo es fácil. Hay que amar lo que se hace, y vivir los días con alegría…

MAUD

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Todas las fotos de este post pertenecen a MAUD.