Llegó
a través de un e-mensaje celestial (Daily Secret Buenos Aires) y a partir de
ese día, inquietó mi brújula paseandera. Divino Budín, se llama. Y como toda
confección artesanal hecha en el paraíso con un buen criterio, ingredientes
originales, un fabuloso concepto y la noción de saber que hay que lucirse, Divino Budín tiene fotos INCREÍBLES.
Y tiene una cuenta de Instagram que es un viaje sin
retorno. Pensá bien antes de seguirla… Listo. Te perdiste para siempre. Pero
acá donde estamos, la estamos pasando demasiado bien, ¿no?
En
fin. Con esta evidencia espero sepan entender mi urgencia por conocer este
lugar y rendirle culto a las harinas en sus formas más creativas. ¡Esos moldes!
¡¿De dónde salen esos moldes nórdicos?! Así que me reí en la cara de diciembre,
me dolió la panza de tantas carcajadas mientras le escondía un millar de
obligaciones que me trajo el mes más complicado del año, y coordiné con la
chica perfecta para ir a conocer un lugar llamado Divino Budín. Lou.
Foto de Divino Budín.
Lou
había llegado antes así que cuando entré en este encantador local de despacho
de budines (con barrita), me la encontré charlando cual viejas amigas con Rose,
la dueña y pastelera de tanta maravilla. Rose es brasilera y vive en Buenos
Aires desde hace siete años, y plantó bandera en Recoleta para revolucionar lo
que se conoce como budín, sin conservantes y hechos 100% con materia prima
fresca.
El
lugar funciona como local de despacho, así que podés pasar y encargar, llamar y
hacer lo mismo, o comprar para llevar si está listo. También podés tomar algo a
la barra, como hicimos con Lou, y sugiero que prueben ese camino por tres
cosas: Rose es amorosa y regala una linda charla + la espuma del café con leche
NO PUEDE MÁS DE LA VIDA, es todo, ¡y más! + claramente por lo que nos llevó a
visitar el lugar: una porción in situ de budines extraordinarios, bien
sabrosos, con humedad justa y presentación para sacarse el sombrero. Eso.
Tengan
en cuenta que hay dos variedades de budines por día para elegir si quieren
comer algo ahí. Rose va alternando los sabores para que siempre se encuentren
con algo nuevo que los sorprenda.
¡Y vaya sorpresa el budín de maracuyá que comí!
El marmolado de Lou a punto de extinguirse...
Después
de una amable merienda con mi querida Lou, después de un lujo hecho harina para
cortar la rutina desquiciada de diciembre, y después de conocer a Rose, comprendí
que los e-mensajes celestiales no llegan de casualidad. Hay lugares que hacen
muy bien, y éste es uno de ellos.
Divino Budín
D:
Austria 2030, Recoleta.
T:
4827-9305
Hay
fotos acreditadas que son de Divino Budín, y las fotos de la visita con Lou son
mías.
tal cual decís Verito... esos moldes!!!!!!!!!! una preciosura!! misión 2015: conseguir uno y hacer en el mi budín de mandarinas!
ResponderEliminarOh my dog, necesito esos moldes!!! aunque seguramente arranque por una porción de budín... o dos!
ResponderEliminarQué divino lugar, qué divinas fotos, qué divinos budines.... lástima el tacc jajaaja y esos moldes son muy lo más: los necesito!!!
ResponderEliminarGenial! Qué lástima estar tan lejos para probarlos!
ResponderEliminarAmo el budín y con esas formas... OMG!!!
ResponderEliminar:) :) :) sabía que iba a ser un post que pegara onda por acá. aguanten esos moldes y cin consultale a rose si no tiene alguna alternativa para vos. quizás... :)
ResponderEliminarohhh, que fotos! Que pinta! Tendré que ir a probarlos cuando vuelva a Bs. As.
ResponderEliminarQué peligro, está cerca de casa!!!
ResponderEliminarGracias por el dato, Vero.
besosss
jajaja lí andá en bici así no te sentís tan culpable jaajaaja! y eri tenés que pasar, claro que sí!!!
ResponderEliminar