Esta
es una historia de tres personas que unieron sus destinos emprendedores en tres
pasos (dos claros, uno incierto) para llegar adonde están hoy. Laura es una
diseñadora gráfica, Andrés es un editor de libros escolares y Rúper es un
matemático. Cuando descubrieron qué podían hacer juntos, nació lalala; y desde
ese instante revolucionan la manera de concebir la paternidad contemporánea.
Esta
es una historia de tres personas que unieron sus destinos emprendedores en tres
pasos, pero ustedes deben saber de antemano que no puedo entregarles un final. Esta
historia recién comienza…
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| Us - Regina Spektor
Abrimos lalala hace
ya casi dos años. Lo abrimos por la misma razón que la mayoría de nosotros
tiene para hacer la mayor parte de las cosas: sin saber muy bien por qué. Pero
por supuesto, tenemos una historia. Cuando miramos hacia atrás todo se
confabula para crear lalala. Paso uno: una mirada (una pista: no es la de un
niño hongkonés observando el aleteo de una mariposa). Paso 3: abrimos lalala.
En estos momentos, tenemos algunos inconvenientes para identificar lo que
ocurrió en el paso 2, pero estamos invirtiendo un 2,6% de nuestro presupuesto
en llenar ese hueco. Mientras tanto nuestro había una vez podría ser algo así:
Laura había dejado su
trabajo en relación de dependencia hacía unos años, cuando tuvo con Andrés dos
hijos muy seguiditos, Ulises y Olivia. Rúper quería invertir en algún proyecto
y nos (perdón, cambio el sujeto de enunciación, era un camino sin salida)
preguntó si se nos ocurría algo.
Laura en ese momento
estaba haciendo unas remeras para chicos pintadas a mano. El proyecto se
llamaba lalala, que era el nombre que
nuestro hijo menor le había dado a su xilofón de bambú. Entonces, empezó a
tomar forma la idea de profesionalizar la marca y hacer ropa para chicos.
Empezamos a investigar un poco, a hacer dibujitos y a tomar jugo de pomelo,
pero como no conocíamos el mercado, nos pareció que no podíamos realizar el
proyecto en ese momento. Alguien sugirió que tal vez fuera mejor empezar con un
local de venta de ropa para chicos, que era un mercado que conocíamos tan poco
como el otro. Nos pareció una idea genial. Y como, por desconocer,
desconocíamos muchas cosas, agregamos también juguetes. Al fin teníamos un
plan.
Empezamos por las
tortugas. Con nuestros avezados ojos de quelonio penetramos en los mecanismos
más ocultos del mercado, comemos pepinos, creamos un elefante grandote y
esperamos a que remueva la tierra con sus patas, la agarre graciosamente con la
trompa y la tire hacia su lomo, donde lentamente se formará un planeta entero.
Después, la gravedad proveerá. Ah, casi nos olvidamos: ya desde muy chiquitos
nos gustaban los juguetes, hacíamos dibujos con pinturitas y plasticolas de
colores y, por supuesto, usábamos ropa casi todo el tiempo. (La mamá de Laura
dice que, además, a los tres años y siete meses Laurita podía decir el código Pantone
de cualquier color que le mostraras, pero no sería prudente darle crédito).
Empezamos
en marzo de 2012 con una tienda en Villa del Parque, un barrio que, para que
combine, desconocíamos casi por completo. Al
año abrimos la tienda web, que tiene alcance nacional, y empezamos a
dedicarle más tiempo a las redes sociales. Es fantástico pasar de tener un público
muy chiquito en un barrio a que te compre gente de lugares muy alejados en el
interior del país.
Unos
meses después empezamos con los talleres.
Nos morimos de ganas de hacer talleres para chicos, pero como en la tienda no
tenemos lugar, comenzamos con talleres para adultos con grupos muy reducidos.
La idea de los talleres es que las mamás (¡y los papás!) puedan aprender cosas
que les sirvan para hacerles muñecos, cuadernos, juguetes a sus hijos. Este año
tenemos un montón de proyectos nuevos, muy simpáticos. Ya deberíamos tenerlos
listos, pero entonces descubrimos Hora de aventuras, wow, el rey helado, qué
tipo tan simpático.
Yo
les dije que tenía una muy buena historia para contarles. Así. Tal cual. Sin edición,
sólo en itálica para que vean que es 100% textual. Y maravillosa, si me lo
permiten. Lo mejor es que esto sigue:
No
sabemos qué es lalala, lo cual no nos sorprende en absoluto, porque estamos muy
ocupados sorprendiéndonos con otras cosas.
Si usted cree haber comprendido, seguramente esté equivocado, etc. Sí sabemos
algunas cosas que no somos: una juguetería, una juguetería didáctica, un local
de venta de ropa para chicos (y otras cosas que no vienen al caso, como lemures
enanos de orejas peludas o terroncitos de azúcar).
¡Ufa!
¡Igual yo quería un terroncito para mi desabrido café con leche recalentado! Con
una cucharada y media de mi azúcar aburrida, les ruego que dejen de ver cómo
revuelvo la cuchara y sigan leyendo. Esto se pone cada vez mejor…
Desde el comienzo, pensamos a lalala como una plataforma desde
donde realizar diversos proyectos (sí, sí, nuestros orígenes de tortuga).
El diseño es el hilo conductor en todos esos proyectos y el recorte son los
chicos. Esto suena fantástico, pero como no tenemos idea de lo que es el
diseño, lalala es una tienda centrada en
el catálogo. Lo más sencillo es abrir una tienda con el catálogo completo o
casi completo de un par de marcas. Nosotros, por lo general, elegimos dentro del catálogo de las marcas
los productos que necesitamos para armar nuestro catálogo. Tenemos más de 60 proveedores, no
porque seamos una megastore, sino porque compramos solo algunas cosas de cada
uno. Administrativamente es una locura. Se nos va mucha energía administrando
tantos proveedores, pedidos, buscando todo el tiempo cosas nuevas. Pero ese es
el plus que ofrecemos, el valor que agregamos. Nos gusta pensar que no hacemos reventa de productos, que cuando
alguien se lleva algo de nuestra tienda, no se está llevando un producto sino
una parte de nuestro catálogo.
Mucha gente, cuando
entra a la tienda, nos pregunta si nosotros hacemos todo. Es el mejor halago
que nos pueden hacer, muchas gracias. Cuando les decimos que las cosas son de
diferentes marcas, nos dicen, ah, y ustedes qué hacen entonces. Es difícil de
explicar, porque parece nada, pero nosotros intentamos darle coherencia al
catálogo. Nuestro producto es el
catálogo. Y el catálogo son los productos y lo que los une, el hilo
conductor del que hablábamos antes, las emociones, los deseos, todos esos
gluones tan bonitos (el verde antiazul es nuestro preferido).
Acá
traje café para todos. Sigan leyendo que esto es la caña.
Para
armar el catálogo pasamos mucho tiempo leyendo, mirando fotos, yendo a ferias,
buscando cosas por internet.
Es difícil justificar que mirar fotos en Pinterest sea un trabajo, pero para
nosotros lo es. A veces buscamos algo en particular, algo que falta en nuestro
catálogo, que tenemos en mente, pero que no sabemos si alguien lo hace. Otras
veces, en cambio, dejamos que los demás nos sorprendan, porque está lleno de
gente hace cosas geniales que nunca se nos hubieran ocurrido. Por otra parte,
procuramos tener siempre el no a mano, porque nos encontramos también con mucha
gente ofreciendo cosas que pueden ser muy lindas, pero no van con nuestro
catálogo. Una vez que elegimos una marca aún queda otro trabajo: elegir los
productos que queremos dentro del catálogo de cada marca. Cada marca arma su
catálogo con una lógica propia; por eso, la mayor parte de las veces, los
catálogos completos no son compatibles con el nuestro.
¿Cómo
elegimos un producto?
Nos gusta hablar de juguetes y ropa de diseño, aunque no sepamos qué es el
diseño. En parte es injusto porque los juguetes y la ropa más comerciales
también suelen estar diseñados. Y sin embargo, hay algo que es tan diferente…
En una nota, los creadores de Watermelon Cat (que dicho sea de paso hacen y
venden unas cosas geniales), hablaban de “serenidad”. Creemos que se trata de
eso, pero sabemos que suena medio raro hablar de serenidad, por ejemplo, en la
ropa de Chango. Por eso, no lo decimos en voz muy alta. Nosotros estamos
felices con que haya algo diferente en la habitación de un chico. Ese es
nuestro criterio para armar la tienda: buscamos
algo que convoque su mirada y le haga pensar que hay cosas distintas,
materiales diferentes, combinaciones de colores impensadas, formas extrañas,
expresiones que no son siempre sonrisas, matices, detalles.
Y
dentro de este panorama de cosas distintas, materiales
diferentes, combinaciones de colores impensadas, formas extrañas, expresiones
que no son siempre sonrisas, matices, detalles; lalala ya tiene bien aceitada
al área talleres. Paso a contarles qué cosas maravillosas sucederán en abril…
Taller
para chicos:
Cuentos
dibujados
Taller de ilustración para chicos a partir de 8
años
por María Lavezzi (www.marialavezzi-ilustracion.blogspot.com.ar)
Cuatro encuentros:
Martes 8, 15, 22 y 29 de 17.30 a 19
Talleres
para los grandes que quieren hacer cosas para chicos (¡y para grandes también!):
Taller
de encuadernación: cuadernos de dibujo
por Laura Aranda de Tienda de Cuadernos (https://www.facebook.com/TiendaCuadernos)
Sábado 5 de 14.30 a 17.30
Taller
de Amigurumi
por Madi de Lelé (https://www.facebook.com/Lelejuguetes)
Sábado 12 de 14.30 a 17.30
Taller
de muñecos
por Carla de flores del mantel (https://www.facebook.com/teresita.floresdelmantel)
Miércoles 23 de 14 a 16.30
¿Ven
por qué les digo que esto no tiene final? Lau, Andrés y Rúper nunca van a
comprender del todo al diseño, nunca sabrán muy bien qué están haciendo, y nunca
van a dejar de reconfigurar su catálogo ni dejarán de sorprenderse. ¿Para qué
si la vida es tan lalala?
¡Bienvenidos lalala a Alma Singer!
lalala
D:
Tinogasta 3229, Villa del Parque.
T:
4504-7024
H:
Lunes a viernes de 10 a 20hs.
Casi
la totalidad de las fotos posteadas de lalala fueron tomadas por Beatrice
Murch. Todas pertenecen a la marca.
que buen post Vero! mis felicitaciones a Lalala...soy diseñadora y lograr la coherencia en una imagen de marca y los productos que se ofrecen es lo mas dificil, más si no se produce y se compra a proveedores! excelente trabajo, por lo que se vé todo es lindo y me parece genial la idea de los talleres! bien por lalala! besos
ResponderEliminarAaaaaahhhhh! (2).
ResponderEliminarQue lindo! no los conocía, amé todas las fotos :)
ResponderEliminarQué lindo post!! yo los conocí el basado, que lleve a mi ahijada a un taller de poesía!! es un lugar para quedarse!
ResponderEliminarBesoss
:) vieron lo que es? ir es un gran pendiente.... se palpa la buena onda y esa forma de contar las cosas no puede más de la ondaaaa!
ResponderEliminargracias por pasar chicas!
Vero hermosa historia contada y el local es divino, es todo lindo y el ambiente es super agradable.....y encima a 3 cuadras de mi casa.....jejeje....saludos a lalala!!!!
ResponderEliminarwow!! que place leer este post!! unos genios!! todo los que se ve tiene sentido en conjunto, asi que se nota el laburo que realizan eligiendo cada producto! Felicitaciones a lalala y un beso a vos Vero!
ResponderEliminarLinda historia... imposible que no tenga un final feliz.
ResponderEliminarSon unos genios, muy linda la seleccion de productos.
Besote Vero
jajaj romi te queda re cerca!!! vero y meli gracias por pasar :)
ResponderEliminarQue lindo Lalala! Me alegra decir que yo fui parte chiquitita en un taller en ellos! ZetanFeliz were here :) Los chicos son maravillosos y su tienda el maravillosa! Que bueno Vero que los conociste! Que bueno que los lean por acá! Vayan que se van a enamorar! Abrazo Gigante
ResponderEliminarbuena idea, genial enfoque y como siempre tan buena pluma! me hiciste reir!
ResponderEliminarbesote
divina historia!! y muy muy lindo todo lo que se ve. especialmente la foto con el carro de madera que tiene muñecos y atrás se ve un hermosa silla Tonet. y también los muñecos de madera de Washava. y sí ... ¡tengo debilidad por la madera!
ResponderEliminarmenamoré de lalala!!!
gracias una vez más Vero!!!