PLAY
| Vagabond – Wolfmother
Cause I'll tell you everything about living free
[Porque
yo te voy a contar todo acerca de vivir libre]
El
sábado pasado, metro y cuaderno en mano, fuimos a conocer el lugar donde mi
hermano Andy y su novia Vicky van a celebrar ocho años de amor, y el resto de
sus vidas juntos. La piel de gallina y la emoción que vengo sintiendo desde que
anunciaron la gran noticia, pasó a un plano sin dimensión cuando vi el jardín,
sus árboles y el pasto prolijamente cortado. Y no nos olvidemos de las bolas de
cristal liderando la puesta del salón, fieles reflejos de la felicidad de la
familia y todos los amigos que festejamos la buena noticia y acompañamos cada
instancia de la producción que necesite una, dos o miles de manos.
La
fiesta empezó el día en que Andy le dio el anillo y Vicky dijo que sí. De
hecho, empezó unas semanas antes, con dos pasajes, dos pasaportes y una valija
llena de ilusiones…
(Los
dejo con mi hermanito, su historia y sus fotos. No adjetivo porque soy lo menos
objetiva del mundo con él, ya saben que soy su fan número uno).
Salimos
de ruta en Mayo del año pasado. Cargamos nuestras mochilas, desempolvamos el
bordó y atravesamos las trece horas con insomnio mirando documentales y
capítulos de The Office en las pantallitas individuales del vuelo sin escalas
de KLM.
Sin
saber cómo y por qué, nos sentíamos con la necesidad de volver atrás.
Retroceder unos casilleros. Rememorar nuestros comienzos, volver a sentirnos
parte de ese mundo tan nuestro y que ahora, estando tan lejos, pareciera solo
un recuerdo. Parafraseando al gran Marcel: À la recherche du temps perdu*- Había
pasado un poco más de cuatro años desde el último adiós, las ganas de volver a
ver a nuestros amigos hicieron que inclinara aún más la balanza para ese lado.
*
“En búsqueda del tiempo perdido”, Marcel Proust.
Nos
decidimos por un viaje bastante regional. Haber recorrido Europa a lo largo y
ancho durante muchos años nos dio la posibilidad de poder profundizar y
recorrer nuevas regiones que por hache o por be habíamos dejamos para más
adelante.
Elegimos
Ámsterdam como punto de encuentro: ciudad capital con una excelente conexión, e
incluso una gran incógnita para la mayoría de los integrantes de esta primera
parte del viaje. Alquilamos un depto para todos a siete minutos de la estación
central. Habiendo sido los primeros en llegar, el privilegio de recibir al resto
de la banda a medida que fueron llegando fue todo nuestro.
Primero
Agustín, con una sonrisa y como siempre a último momento, en un tranvía,
habiendo manejado los casi mil kilómetros desde Lyon y dejado el auto en las
afueras de la ciudad. Después llegaron Adro y Barbie, con los que nos
encontramos de pedo en Dam Square, ellos perdidos y nosotros estirando un poco
las piernas. At last, but not least, y tras haber perdido la conexión
madrileña, los últimos mochileros: Alma Singer (¿quién otra?) y su Mr. P.
Tres
días y tres noches de locura, de risas, de beber, del ocasional flashback,
morfar, recorrer, preguntar, perderse y sacar algunas fotos. Nos despedimos
como vinimos, cada cual a su ruta, expulsados por esa imperiosa necesidad de
seguir quemando millas. Buen viaje muchachos.
Partimos
con Vic y Agus de road trip hacia Luxemburgo, guiados por el Civic ´98 que
habíamos recuperado en los arrabales de Ámsterdam. En el camino se nos cruzaba
la cervecera Bélgica, y como no podía ser de otra manera, en Lieja confirmamos
que las mejores cervezas del mundo se encuentran en ese espumoso triángulo de
cebada y lúpulo conocido como Benelux.
Llegamos
a Vianden a media tarde, check in, recorrida, cervecita y cena. El pueblito
parecía sacado de un cuento de los hermanos Grimm. Dijimos adiós a Luxemburgo
luego de pasar una mañana entera en la capital, valió la pena, nos entregó
muchas imágenes de la Europa alpina e impoluta.
Próxima
parada: los valles franco-alemanes de la Alsacia y la Selva Negra. Un nuevo
tripulante se acoplaba al terceto de bon vivants: Carmelo. Fiel exponente de la
raza multicultural de parias y vagabundos: andaluz, ilustrado en Madrid,
buscando su lugar en la Helvetia italiana, sudaca de alma y pasado dublinés.
Arribó a Colmar en el expreso de Berna. Cave A' vin, chin chin, tablita de
queso, jamón, paté y pickles. Más vino,
ruta y caminatas a través de viñedos y pueblos de casas de madera con forma de
armadura, muchas vistas, patas de cerdo con patatas, cerveza, pizza a la
piedra, y una picada de otro planeta para despedirnos. Adiós Carmelo, nos vemos
hermano.
De nuevo al asfalto rumbo a la ciudad de la Génération Perdue, sin antes dejar de parar estratégicamente en Dijón. No nos podíamos perder el boeuf Bourguignon – especialidad de la casa - bajo ningún punto de vista. El almuerzo se maquilló de despedida: Agus volvía a Lyon y nosotros a la agencia a buscar el Fiat Panda que nos iba a acompañar durante los próximos diez días.
Perdimos
bastante tiempo en encontrar la casa de los tíos de Vic en las afueras de
París: Montesson. Esa misma noche conocimos la ciudad como nunca lo habíamos
hecho antes: en auto. Martín nos fue llevando por todas las plazas, callecitas
y monumentos de la ciudad. Terminamos la recorrida en el quartier latin tomando
un café (ellos) y una copa de vino (nosotros). A la mañana siguiente recorrimos
París como quisimos y por donde quisimos, disponíamos de un sólo día así que le
metimos: la Île de la Cité, bordeamos el Sena, nos metimos por el Blvd. Saint
Germain y alrededores, el barrio latino, los Campos Elíseos y el Arco, la
torre, claro…y nos reservamos la subida de Montmartre para la tarde, donde
aprovechamos para picar un plato de Moules-frites regado con dos cervezas
rojas. Nos despedimos de la flía y partimos hacia el oeste.
La
región del Loire era uno de los puntos del viaje que más expectativas nos
generaba. Conocer los castillos de Amboise, Azay le Rideau y Chenonceau,
recorrer los pueblos de Chinon, Blois, Tours y Chartres, disfrutar de uno de
los centros vitivinícolas más importantes de Francia con una de sus mejores
gastronomías. Todos puntos a favor. Dormimos en uno de los mejores B&B que
pudimos encontrar: a 15km de Saumur en un pueblito – Courléon - que para llegar
tuvimos que tomar una carretera de ripio que atravesaba campos de girasoles y
molinos de viento.
El
silencio, el verde, el caserón del siglo XIX reciclado, el increíble desayuno
por la mañana. El setting ideal para sorprender a mi compañera de viaje. Había
bookeado una mesa a través de los dueños del B&B unos meses antes. Ellos se
habían encargado también de avisarle al maître que esa noche no iba a ser una
más. Cuando llegamos el camarero estaba más nervioso que yo, de tanto en tanto
guiñaba el ojo para saber si tenía que hacer la gran entrada. Finalmente,
después de comer el postre, el maître trajo el anillo junto con dos copas de
champagne. Muy feliz dijo que sí, y así, un 8 de Junio nos comprometimos en
Saumur. No se lo esperaba, valió la pena la espera. Había llevado el anillo
conmigo durante todo el viaje, escondiéndolo en uno de los bolsillos de la
mochila. De regreso, los dueños del B&B nos sorprendieron con una botella
de champagne. Nuestro update social empezaba a darnos dividendos.
Comprometidísimos
emprendimos rumbo nuevamente con dirección al Atlántico. A puro GPS llegamos a
un bonito pueblo costero a cinco minutos de Royan apoyado sobre el estuario de
la Gironda. Comimos ostras con limón en la bahía de Arcachón y compramos
botellas de vino en los centenarios châteaux del Listrac-Médoc. Recorrimos todo
el largo de la impresionante route verte hasta llegar a Burdeos. En el B&B
nos regalaron una botella de vino por nuestro compromiso, ¡para nada mal!
Seguíamos de racha.
Tempranito
salimos disparados a puntear el último pin de la travesía francesa: Carcassonne
y alrededores. La ciudadela amurallada nos hizo sentir que éramos parte de un
set feudal. La cité es el resultado de un revuelto de angostas y sinuosas
callecitas, tiendas, hotelitos, un castillo y un montón de restaurantes, la
especialidad: cassoulet, un espectacular guiso de garbanzos blancos, chorizo,
pato confitado y verduras, cocinado a fuego lento. La copa de vino de la casa
que lo acompañó fue de lo mejor que hemos probado en el viaje. Recorrimos el
resto de la región: nos impresionamos con el pueblo de terracota de Minerve
perdido en la montaña.
Dejamos
el auto en Perpignan y partimos en tren hacia nuestra querida España. Pasamos
los últimos tres días en Barcelona, Balaguer y Madrid junto a Dani, Ruth, Anna,
Metu, Nacho, Julia, Dani y Ambre. Fue como volver a vivir. España tiene ese no
sé qué: amigos, cañas, sol, tinto de verano, jamón y pescado. Terrazas,
garitos, cubatas y tabaco.
Volvimos
a Ámsterdam, aprovechamos esos últimos momentos que tiene cada viaje: última
noche, ultima cena, últimas compras, y una última vuelta que caminamos como si
fuera el primer día.
Volvimos
plenos a Buenos Aires, dispuestos a no mirar hacia atrás y emprender este nuevo
camino juntos, más enteros que nunca.
Pueden
seguir viajando con el pendejo por Dublín o por Cuba, elijan su propia
aventura. Yo deseo que esta aventura que llamamos vivir no se les acabe nunca, y que este nuevo viaje que emprenden juntos
les sume millas, momentos felices, risas, festejos, descubrimientos,
inspiraciones, crecimiento, un hogar y una hermosa familia. Los quiero
muchísimo chicos, y acá estoy para lo que necesiten, siempre. ¡Godspeed hermanos!
Andrés Mariani
Todas
las fotos de este post fueron tomadas por Andy Mariani.
Ayyyyy Vero/Andy!!!! Hicieron que mi exitacion por el viaje de mañana llegue al maximo tolerable!!!! Me pusieron mas loca de alegria de lo que estoy!!!
ResponderEliminarVarias cosas tengo para decirles: el dia que algun Mariani de un taller literario voy a ser la primera en anotarme!!!!Que lindo escriben, que pilas, que felicidad transmiten!!!! Lo segundo es mi mas profundo deseo de felicidad! Chin Chin por el amor y por los viajesssss!
Recién llego del sur nuestro, y ya me diste ganas de armar valijas para los otros horizontes! Me quedará para otro momento. Que f o t o s! Maravillosas de postal, y el relato cierra por todos lados!
ResponderEliminarMe voy a poner la s pilas, inflar un poco y a arrancar de nuevo, en este mundo blog que tanto adoro! Gracias por compartir las postales, preciosas! Abrazo y como siempre mucho cariño Vero! Buen lunes y arranque de semana feliz!
ando con síndrome de abstinencia viajeril! esto es muyyyy bueee!
ResponderEliminarSi tenía ganas de viajar, este post las triplicó! (y me quedo corta..)
ResponderEliminarHermosos lugares, buenísimo relato, y la frutillita del postre, todo un amor :)
Felicidades a la pareja, y a la familia entera! Cuánto amor!
Besos Vero!!
mi.
Todo es demasiado bueno! Felicidades, a vivir la emoción a pleno. Y levantaste ganas de viaje en una agarrada a su pedacito de tierra. Besos
ResponderEliminarUn anillo guardado por kilómetros, un viaje soñado, un si para un cierre y un comienzo... Me encanto!! Muchas felicidades!
ResponderEliminarConi
Que lindo relato, un digno hermano de Alma Singer! Beso enorme Verito.
ResponderEliminarQue lindo post!!! y congrats a los comprometidos!!!! :) amo conocer historias de la gran propuesta!!!
ResponderEliminarViajé con esas fotazas!
Besos y buena semana
bestial fotógrafo tu hermano!!
ResponderEliminaralgo llevan en los genes ustedes dos. son muy genios!!
beso grande y buena semana!!
me llena de orgullo leer sus comentarios!!!! ñaaaaa!!!! es un groso el pendejo, estoy muy emocionadaaaaa! jajajja! (soy una goma!). gracias por pasar a todas, y que vivan los viajes, aunque más no sean mentales hasta que pasan a ser reales ;)
ResponderEliminarbesos a todas y gracias por pasar!
Guauuuuuu, hermoso viaje, preciosas fotos!!!! Yo tengo a mi pareja a 900km y queremos pasar nuestras vidas juntas, sin trabajos es complicado, pero lo intentaremos todo.
ResponderEliminarMe encanta tu blog :)
Un saludo.
Explosión de los sentidos!!!!! el relato, las fotos, los colores, los olores y sabores (casi casi traspasaron la pantalla!) mis suegris se están por ir de viaje a Europa ,wuaaaaaaaaaaaaa!!!!! yo también quiero viajar!!!! jajaja! ya se dará! por ahora viajé un ratito a través de este post!buen arranque de semana Vero!
ResponderEliminarViajaria con uds todos los años, y los leeria viajar para hacerlo desde mi escritorio todos los dias.
ResponderEliminarAmo lo que ven a través de la lente y lo que dicen en cada palabra.
Por mas viajes, por millones de emociones, por la vida y seguir juntos.
Los adoro!!!!
Nenaaa!! Que me das ganas de irme ya al aeropuerto!!! Espectaculares las fotos, Andy un genio!! Y me encanta como redactas!
ResponderEliminarMuchos besos y ojalá puedas venirte a visitarme pronto!!
Increíbles fotos!!!! Groso maaal tu hermano!
ResponderEliminarQuede maravillada con las fotos. Es como si fueran vivas, uno está ahi!. Se ve que hay mucho talento y amor. Gracias por este rato de disfrute.
ResponderEliminaraaaaaaaawwwww, congratulaciones a tu bro y mi tocaya! :))
ResponderEliminarlas fotos son una maravilla, yo ya las habia pispeado en su Flickr (confieso que le favee TODAS, re stalker lo mio) pero sumadas a la historia contada en primera persona, las imágenes suman vida.
Hermoso post, Marianis!
hermosas fotos, casi sin palabras, gracias por llevarnos de paseo..
ResponderEliminarAyyyy pero me morí de amor, Veroooooooooo!!! Qué bellas fotos!! Tal vez te robe alguna para Alternativa, citando fuente, of course!
ResponderEliminaray que lindooooo Vero!! cuanto amor viajero!!!
ResponderEliminarMucha felicidad en el mejor viaje que emprenden tu hermano y tu cuñada!
Besos
PD: fotazas mal!
Eh qué buena onda sis!!! Gracias por este posteo!! y gracias a todos por sus comentarios!!! un beso!!
ResponderEliminarFO-TA-ZAS! :)
ResponderEliminardespués de haber leido, vivido, viajado y emocionado con el relato, con las fotos; después de leer tanto comentario increible de parte de todos... muero en lágrimas de emoción por lo que son ustedes dos: mis pichones, el mejor regalo q tengo en la vida y que cada día me llenan de tanto orgullo que me apreta la ropa!!
ResponderEliminarson lo más mis chicos, los amo con el alma, y solo deseo que la vida sea siempre un eterno viaje( aunque a veces solo leyendo estos post) lleno de alegría , colores, emociones como este!
besos gigantes a los dos!
me emocionè muchìsimo! què post...què orgullo de hermana y què hermosa historia tan REAL! Gracias por este regalo, Vero-Alma! y gracias a Andy y Vicky por ser protagonistas de este post, con el relato, las fotos y la emociòn!!!
ResponderEliminarSu
Un genio el hermano fotógrafo, Vero! Y como escribe! Y me paso algo: quiero la versión de Vic, así qué voto por eso!
ResponderEliminarBesos
Nat
muy tiernas todas! y maaaa te queremos mucho, sos lo más!
ResponderEliminarnat voy a ver si te consigo la otra cara de la historia ;) jajajja!
besos y gracias por pasar con tanta buena onda!
Me contaron el viaje al regresar, pero leerlo es mucho mejor..... Las fotos son geniales. Con Gaby nos dedicamos a sacar algunas fotos en nuestros viajes pero los chicos superaron ampliamente a sus padres...... Espero para Diciembre la continuación de esta linda novela.
ResponderEliminarPa
sos lo más viejo. te quiero mucho!
EliminarLeo y rememoro, miro y revivo agigantadas emociones que desde las imágenes y las palabras, todo tan vivo, se expanden sobre estos mis nietos como la luz de un enorme e infinito sol.
ResponderEliminarGracias Vero por iluminarnos el día con ese inmenso amor de hermana.
Gracias Andy por entregarnos la historia, gracias Vicky por mostrarnos el anillo en esa caricia de amor.
Un mundo de abrazos!
sos muy tierna nonnis. te adoro.
EliminarMi linda!!!
EliminarEsta dupla es explosiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiva!
ResponderEliminarAplausos para Andy, troesma!