Alma Singer I | Vuelta al desayuno

Vengo de una familia de grandes regaladores de desayunos. El timbre a las 7:30hs de la mañana, los otros tres integrantes de la familia + gato entrando en el cuarto, los globos, el mensajito tierno, la canasta, el festín acomodado cual juego de tetris adentro… ya saben o cazan la idea. Nos hemos regalado tantos desayunos que creo que un punto ya los estábamos esperando. Y ahí muere la sorpresa.

Hasta que un buen día, una semana de junio, alguien gustó de Lit Pastelería en Facebook, y eso llamó mi atención. Entré y no lo pude creer: la más perfecta evolución del desayuno regalado.

Me pasé como 20 minutos mirando cada foto y cada propuesta de desayuno en su clara y muy bien elaborada página web. Acá hay alguien que no sólo le puso diseño cancherísimo al sabor, también entendió que TODO pasa por una buena foto. Y ese todo resultó en un mail y un pedido de desayuno cumpleañero para Mr. P.

Con el mail conocí a Genoveva, la dueña y chef pastelera de este encantador emprendimiento (“encantador” es la palabra justa, créanme), y me reencontré con Vero y Pamela, sus agentes de prensa. El sueño de cualquier redactora: info concreta, abundante y muchas geniales fotos…

Con la pasión por la cocina heredada de las abuelas y un diseño romántico puesto en cada detalle, nació Lit. Comenzó con el servicio de desayunos a domicilio y con el correr del tiempo se fue ampliando hasta convertirse en Lit Pastelería, sumando el servicio de mesas dulces, meetings, brunchs y el Té de Lit (este s quizás el servicio diferenciador de esta nueva tendencia de la marca. La idea es ofrecer un té a domicilio para endulzar no sólo las mañanas sino también, las tardes).

Su filosofía y diferencial surge de la fusión de las dos pasiones de su fundadora, el diseño gráfico y la pastelería. Lit no sólo ofrece desayunos, ofrece un regalo especial, con productos ricos y caseros.

¡Amén a eso, doy fe hasta el último gramo de mi cuerpo! Y mis ojos no daban crédito de la presentación del desayuno que Genoveva misma trajo a casa el lunes pasado para Mr. P.  Cada pieza tiene una función y se viste de gala para la ocasión. La canastita panera cubierta por un “gorrito” de tela con sello de la marca, los alfajores de maicena + la tarta de coco + el brownie presentados en envases bien identificados, la mermelada + el dulce de leche en frasquitos de vidrio con etiquetas a tono, los terrones de azúcar, las infusiones guardadas en una bolsita de arpillera también sellada… ¿sigo?

En cuanto a la pastelería, Lit ofrece una gran variedad de productos elaborados con la mejor calidad y con materia prima traída desde el sur del país. Los dulces y mermeladas son 100% naturales, elaborados artesanalmente con frutos frescos, sin agregado de conservantes. Brownies, tartas de coco, carrot cakes, scones y alfajores de maicena son algunas de las especialidades de la casa. Pero la Mini Rogel es la más aclamada, junto con el pan casero, recién salido del horno. (Al pan te juro no lo podés creer. Es Dios. Te lo apuesto).

En su servicio Premium, se destacan el Desayuno en Hebras y el Desayuno Matero. El primero, con té negro en hebras presentado en una linda latita con su infusor y el segundo, para los amantes del mate, ofrece las delicias de siempre junto con el termo, el mate y la bolsa de yerba con palo.

Es hora de reactivar el ADN regalón de desayunos en toda mi familia. La esencia, el sabor, la atención y la presentación de lo que estábamos extrañando ya está acá…

¡Genoveva y equipo gracias por la magia!

Lit Pastelería

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Nota: Todas las fotos de este post pertenecen a Lit Pastelería menos las últimas tres que siguen al último párrafo del post, que las saqué yo del desayuno de Mr. P :)