Alma Singer I | El valor agregado

PLAY | We Didn't Start The Fire - Billy Joel 

Es cierto, no empezamos el fuego ni inventamos la pólvora. Lo que sí podemos hacer es personalizar el círculo en llamas con piedras pintadas de colores que protejan el bosque de las chispas, y podemos dejar de fabricar la pólvora para que dejen de haber armadas cargadas, y bla bla, hippie enfócate. A lo que voy es que ya todo está creado (o casi, nos falta la teletransportación). Pero la posta está en la diferencia que uno sepa marcar. Por eso, cuando aparece una diseñadora con una propuesta de estampas propias, me levanto y me saco el sombrero. La historia de Cynthia Robledo es digna de sombreros voladores.

Soy diseñadora gráfica y, como muchos otros trabajos, implica estar sentada delante de una computadora largas horas. Buscando algo que me separe de la máquina, encontré la serigrafía. La técnica es ideal, combina mi amor por la imagen y tiene un costado artesanal, que es algo que también me gusta mucho. Así fue como estampar se volvió un espacio de liberación, de recreación. De a poco empecé a transformar esas telas en objetos para mi casa o accesorios personales. La respuesta de la gente al verlos era altamente positiva. Yo, ¡chocha!

En este estado de módica felicidad (porque ven, se necesita muy poco para estar bien), surgió la punta del ovillo, ese que te dice “acá estoy, tirame, convertime en algo más”.

Busqué entonces un nombre bajo el cual contener este nuevo "arte" que brotaba en mí. Surgió el nombre Harapos. Si bien mucha gente lo asocia a algo roto y feo, en algún punto, en eso se basa. Llevarle la contra al sentido común. No es que sea revolucionaria, sino que es algo con lo que me enfrenté en muchos momentos: "¿estudiás diseño gráfico? Ah! Hacés dibujitos". "¿Hacés estampas? Ah! Yo quiero una remerita". "¿Harapos? apa! pero qué lindas telas". Como las estampas son diseños de autor, qué mejor que poner mi firma también: decyng, design by Cyn.

Faltaba entonces resolver en qué se iban a transformar estos géneros expresivos. Ya que para mi estampar es un momento de disfrute y relajación, quería que mis géneros se sigan relacionando con momentos de disfrute. Busqué entonces en el día a día y me di cuenta que las reuniones con amigos o seres queridos dan la misma sensación a mi proceso con la estampa. Al observar estas situaciones entendí que esas reuniones, en general, por no decir siempre, son alrededor de una mesa.

[Y acá es cuando Alma Singer te hace el link con el festivo Día del Amigo que estamos viviendo hoy jajaajaj]

Así es como surge "Momentos en la mesa", una línea de productos para la mesa. Todo está realizado a mano, cuidando y volcando cariño y dedicación a cada detalle. La propuesta no sólo se basa en productos impregnados de estampa y disfrute sino también en las posibles combinaciones de cada producto con los diversos momentos del día en la mesa.

Si tuviera otro sombrero, me lo estaría sacando también. Escuchad cómo todo redondea en el concepto de esta joven marca…

Trato de dar distintas ideas para distintos momentos, que pueden ser intercambiables. Sugerir recetas, música para acompañarlos. La idea es regalar y regalarse una mesa diferente todos los días, con detalles llenos de amor. Porque, ¿hay algo más lindo que sentirse mimado? El objetivo principal es disfrutar. Es el leitmotive, no sólo de harapos y de cómo pensamos harapos, sino de mi vida en general. Pequeños o grandes momentos que te alegren el día.

Ahí voló otro sombrero más. Claramente no empezamos el fuego, pero miren qué bien podemos avivarlo…

Harapos Decyng

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Todas las fotos que están en este post pertenecen a Cynthia Robledo de Harapos Decyng.