Bajo el sol de la Toscana

PLAY | Follow the flower – Under the Tuscan Sun

Cada vez que teníamos que hacer un trayecto “largo” con la mochila a cuestas pensaba (y a veces creo que gritaba) que éste iba a ser mi último viaje mochilero. Mi espalda no da para más. ¿Y saben a quién llevaba en la espalda? A Robertita, la cámara de fotos, todos los cables y cargadores, la guía del viaje, dos libros y muchos sobres con postales y compras pequeñas. ¡Imagínense lo que pesaba que llevaba a la mochilera grande en el frente! En fin, son etapas y a los 31 años bien doy por concluido el conteo de millas con la vieja y muy querida mochila que me acompaña desde el 2005. Quiero manija y rueditas 4x4. El punto de esta intro es que los viajes mutan. En lo posible evolucionan. Y como buen agente de cambio, esta gira nos encontró retirando un auto de Roma Termini para seguir con cuatro ruedas…

Si alquilan un auto con tiempo y desde Buenos Aires, les aseguro que no es caro dentro del presupuesto general del viaje. A nosotros no nos costó más de US$300 por siete días y además, cuando lo retiramos, ocurrió la magia del “no tenemos el Panda que reservaron, les damos un Lancia Musa” que además resultó ser diesel, un hermoso auto diesel que metió 2.097 kilómetros con sólo un poco más de tres tanques llenos. La gloria económica. Si alguien quiere el dato de mi agente de viajes, mande mail y se lo paso.

El Musa hizo su primer tramo al estadio olímpico de Roma, pero ese será un post aparte. Después enfiló a Assisi y nos llevó por caminos soleados, muchas veces suavemente ondulados y llenos de rojas flores silvestres habitando las banquinas (se llaman Papavero, eso me lo enseñó mi nonna). Cada curva es una postal. Dejamos Lacio y entramos en Umbría, la provincia de San Francisco, su hermano sol y hermana luna. El Disney de los curas franciscanos…

La iglesia, los paisajes, las calles y detalles, todo divino. Pero yo quería seguir camino a Cortona, en la Toscana, donde tenía la no muy secreta fantasía de encontrarme con los escenarios de la película “Bajo el sol de la Toscana” con Diane Lane, Cristina de Grey’s Anatomy y más. Esa historia va a ser siempre el diablito que me recuerda que vale dejarlo todo y empezar de cero en el lugar de tus sueños. La la la, en fin. La ruta Assisi – Cortona es soñada, y esta nueva ciudad medieval, situada sobre la ladera de una montaña, es la frutillita del postre.

Ahora, ¿me encontré con las locaciones filmadas? No. Maldito Hollywood. Pero Cortona tiene un encanto muy especial que no volví a ver en ninguna otra ciudad italiana hasta llegar a la costa de la Liguria: es un pueblo de gente de pueblo. Los turistas son la excepción y la vida se presenta comunitaria y amable.

Un papá que lleva a su hija a comer helado, un chico que juega con su pelota junto al bar de su familia, una mujer policía que queda para tomar un café más tarde con la dueña del Sale e Tabacchi (kiosco), y un hotelero muy amable que te da la llave del cuarto sin pedirte nada a cambio, ni pasaporte o pago anticipado. Así es vivir en Cortona. Y acá dormimos…

La vista desde la ventana

Fue el mejor hotel – bed & breakfast donde estuvimos en todo el viaje. Si siguen la ruta del sol toscano, no lo duden, La Gelosie es el mejor hallazgo con un precio justo y prima colazione incluida (capuccino y cornetto). Al final del post les dejo los datos.

El idilio terminó luego del paseo matutino, pero la ruta no nos decepcionó cuando llegamos a Siena y a San Gimignano, ambas ciudades toscanas recontra medievales. Armaduras, museos de torturas, espadas de acero, estatuas de monjes con cara de sádicos, banderas de familias y más. Ya saben, locuras medievales…

Y muchos turistas. Muchísimos. Por eso, si son de curtir vida más al natural, recomiendo que consideren Cortona dentro del recorrido. Quién sabe. Capaz un día se encuentren a una escritora sentada en una fuente, comiendo uvas frescas y escribiendo postales…

Le Gelosie

http://www.legelosie.com/

info@legelosie.com

D: Via Dardano 6, Cortona (Arezzo)

M: 339 2873427