Alma Singer I | Un arte femenino muy bien recibido

Bombos ceremoniales resuenan imponentes… platillos, saltarines, aumentan el excitante factor misterio… un spotlight tan brillante como el sol aparece en escena y se posiciona, un poco borracho, allá a lo lejos, en el escenario, donde se encuentra radiante Jesíca (con acento en la í), de Arte Encuadrado. Jesíca saluda al público y el público se pone de pie exacerbado, festivo y estridente. El público es una marea de mujeres agradecidas, emocionadas y al borde del llanto. Jesíca, con acento en la í, creó lo que TODAS estábamos esperando…

Oh sí nenas. Lo que están viendo son obras de arte moderno en formato útil. ¿Qué digo útil? ¡Va más allá! En formato justo y necesario y tan bien apreciado. Es como cuenta su creadora: “¿Quién no tuvo los aros en un cajón de la mesa de luz y al momento de salir rápido al trabajo quiso escoger uno y se encontró con un enjambre de bijou? O más de alguna se ha preguntado varias veces, ¿quién inventará algo para las chalinas? o ¿quién no tiene un novio, hermano o padre que siempre pierde las llaves o los anteojos?”.  

Así nacieron los cuadritos para organizar  todas esas cosas que siempre se quieren acomodar y no se sabe dónde ni como…

Ovación descontrolada, el público femenino no para, y no nos importa. Queremos que la fiesta de gratitud de extienda por horas. A esta diseñadora en Comunicación Visual recibida en la UNLP le debemos mucho.

Para ponernos en plano, Jesíca nació en un pueblo del sur de la provincia de Buenos Aires llamado San Francisco de Bellocq, vivió en Tres Arroyos y actualmente reside en La Plata. Cuando terminó su carrera en el 2007, empezó a trabajar en un estudio de diseño que le permitió conocer el mundo de los vinilos. Con la ayuda  de Osvaldo (su ex jefe, con el que mantiene una excelente relación y, cuenta, le estará siempre agradecida), decidió crear “Arte Encuadrado”. “En un principio eran cuadritos con imágenes digitales intervenidas que vendía en los domingos en ferias platenses. Es desde ahí  que nació el nombre de la PyME”, explica Jesíca.

Luego llegaron todas esas preguntas básicas de la vida femenina y familiar, que la llevaron a intervenir sus obras con ganchos, alambres y otros accesorios para crear los geniales organizadores que hoy conocemos. Quería hacer algo funcional y lo logró.

Empecé a enviar mails a locales de diseño ofreciendo los productos. Los primeros en comprarme fueron los chicos de Tienda Gustó de Córdoba; lo hicieron sin ver los productos personalmente (cosa rara hoy en día ¡y muy valorable!) y luego Ani y Pablo de La Dominga. Gracias a ellos, que me abrieron una gran puerta, empezaron a escribirme y contactarme locales del todo el país. Hoy en día, se pueden conseguir los productos en 40 locales en diferentes provincias del país, algo impensable hace un año atrás…

Más aplausos de pie, gritos de alegría y algún que otro zapateo. Yo, que soy habitué de La Dominga, no sólo los vi en persona sino que además me llevé un organizador semanal divino con papelitos post it amarillos a tono con mi escritorio cuando empecé mi vida de redactora de redes sociales y colaboradora free lance. Me salvó las papas más de una madrugada y, si me animo, me paro frente a todo este público descontrolado para dar testimonio de su excelente calidad, diseño original y uso práctico. Pero creo que no hace falta. La hinchada está loca porque sabe…

Arte Encuadrado

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