Mononos versión 20.12

Si nos vamos a poner cursis, cada año nuevo es un cuaderno que se abre con toooodas páginas vírgenes. Está ahí, expectante y ansioso. Quiere que llenemos cada blanco con promesas, sueños, ideas y anécdotas frescas. Y siempre nos dan ganas de contentarlo, pero mucho más si son estas libretas Monono…

Monono, a quien conocimos acá, presenta su nueva colección con temática vintage. Las libretas son anilladas y sus tapas están hechas con wallpaper vintage. Los modelos pueden pertenecer a las líneas Glam, Home o Camelie.

Una anécdota de la colección es que estaba buscando los wallpaper para la nueva colección, cuando de repente entré a un viejo negocio que tenía muchos almacenados. ¡Imaginate mi felicidad! Era como una nena en la juguetería. En simultáneo, estaba arreglando mi dto-taller-lo que sea y me enamoré de uno, que terminó formando parte de la colección y ¡parte de la pared de mi cuarto! (Queremos fotos d ese dto-taller-lo que sea jejeje).

Las libretas small miden 10 x 15 cm, tienen 60 hojas lisas ahuesadas de 80 gramos, están anilladas y cuestan $35. Es el formato Monono pocket, que Mari nos presenta ideal para viajes, el cole, tren, subte (le encanta ir en tu cartera o mochila).

Las libretas médium son de 15 x 15 cm, tienen 60 hojas lisas ahuesadas de 80 gramos, también están anilladas y cuestan $50. A este lo llama el formato Monono práctico, que vale para anotar pensamientos, proyectos, canciones, etc.

Por último, las libretas large miden  15 x 20 cm, tiene 60 hojas lisas ahuesadas de 80 gramos, son anilladas y cuestan $60. Con este espacio ya podés dibujar, bocetar y anotar todo lo que vos quieras (yo sumo idea: puede ser un libro de firmas para una fiesta que hagas).

Más allá de las libretas, también están los cuadernos, que son únicos y ninguno igual al otro. Están cosidos a mano y muy pronto se viene la edición vintage con las mismas estampas que hoy lucen las libretas.

Vamos a estrenar uno de estos glamorosos cuadernos contando una historia que comienza haciendo un viaje a Almagro. Es bien pasado el mediodía, hace calor y no comemos nada desde las 7 de la mañana. Nos subimos al 168, buscamos llegar a la calle Bulnes y, cuando creemos que estamos cerca, tocamos timbre y nos bajamos: en la puerta de un Mc Donalds. Pero no. No nos tienta ni el olor, hoy no queremos. Así que emprendemos la caminata por Corrientes dando por concluida la opción de almorzar, hasta que, a diez pasos, nos topamos con una bandeja llena de empanadas tentadoras. Fritas, seguro. Con repulgue que exclama ¡a mí me hacen desde hace mil años! De repente el almuerzo vuelve a ser una opción válida. Entremos a la Pizzería Pin Pun…

Monono

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