Alma Singer I | Un dulce al crochet

En sus comienzos, el diseño gráfico se aprendía, curtía y ejercía sobre grandes mesadas y escritorios, con cartones de montar, tijeras, reglas y mucho material para producir la pieza, entre otras cosas. La evolución corrió la enorme mesa de lugar y puso una mucho más pequeña, donde situar cómodamente una computadora con manzanita o Bill Gates adentro, de acuerdo al fanatismo del diseñador. Pero resulta que la evolución no frenó ahí, y fueron los diseñadores los que se encargaron de activar su marcha… ahora los diseñadores quieren salir de la manzanita o de Bill para volver a trabajar sobre grandes mesadas y escritorios. Volver a lo manual, aunque más no sea como actividad alternativa o terapéutica. Este es el caso de Vanina Ogueta.

Vanina y su mamá empezaron a tejerse cosas para decorar sus casas. Se vieron incentivadas por la falta de justo aquello que hablara en su mismo idioma estético: no se quedaron con las ganas, tomaron materia prima buena y se construyeron su mundo.

Al tiempo empezaron a regalar sus creaciones a sus amigos y familiares y, como vieron una muy buena aceptación, decidieron empezar a venderlas. Así nació Piñolata y Vanina, nuestra heroína diseñadora gráfica, pudo hacer ese algo distinto que la alejara de la compu sin relegar su profesión.

En su nueva gran mesada nacieron almohadones, mantas, perchas forradas, guirnaldas, posa todo, fundas para cubrir banquitos, delantales e individuales de varias formas, entre otras cosas que se siguen sumando al beat de su imaginación. Su mamá se encarga de la producción (toda a mano con muy buenos materiales), y ella del diseño de productos y de la gestión.

Lo que tratamos de hacer con los productos es que el que lo compre le remita recuerdos lindos de su infancia, pero con un estilo moderno.

Todo muy lindo, cálido y colorido, pero no me puedo despedir sin preguntarles qué quiere decir Piñolata…

Venimos de una familia de tradición italiana en dónde el tejido era un punto de encuentro, acompañado de mucha comida y dulces típicos. Entre esos dulces estaba la "pignolata", de origen calabrés. De ahí tomamos el nombre del emprendimiento.

¡Por supuesto! Tiene sentido, tanta dulzura a crochet tenía que tener un nombre acorde. El que quiera probar estas delicias, sólo tiene que hacer su pedido por mail a piniolata@gmail.com y encargar qué quieren y cómo. Todo el país es bienvenido a este festín goloso, porque madre e hija hacen envíos con Correo Argentino con pago contra reembolso. Por lo pronto, Alma acomoda a Piñolata en su barra derecha para recibir a todos los que se apuntan a este dulce encuentro con el crochet. ¡Bienvenidas!

Piñolata

http://www.piniolata.blogspot.com/

piniolata@gmail.com

N: Envíos a todo el país.

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