Alma Singer I | La primera uva

No soy una persona que lee muchos libros de forma simultánea, pero de alguna forma, tengo tres historias en pausa sobre mi mesa de luz. Adriano se despierta cuando quiero leer grandes frases de Marguerite Yourcenar. Satori in Paris abre sus páginas cuando quiero un poco de delirio y alcohol embotellado por Jack Kerouac, o cuando quiero ver si el Satori (término japonés que designa la iluminación en el budismo zen) me pasa a mí. La Gracia de Inés Estévez es mi lectura más constante, y me encanta. Subrayo frases a lo loco. Pero hay noches en las que no estoy para encontrarme con personajes que ven gente muerta. Oh no señor.

Así que ahí están, estos tres hilos de la historia universal peleándose desde hace meses por mi atención nocturna que sólo dura cinco páginas. El tema es que, desde ayer, están peleados conmigo. Y paso a explicar por qué.

El miércoles conocí a Ana y Mariana de Flor de Un Día. La entrevista por una nota mutó a charla al mismo tiempo que apagué el grabador, y entre viajes, vidas pasadas, pasiones, agendas apretadas y casas soñadas, me enteré que Mariana era escritora y hace poco editó “Hasta la última uva”, un libro de poesías. Con mis felicitaciones llegó la oferta que me pase la info para postearlo en Alma, y a cambio recibí el libro. “No, no hace falta, papelón jejej”, “No dale, llevalo…”. Y lo llevé, sintiéndome muy mal porque me da cosa aceptar regalos y, sobre todo, porque no hablo el mismo idioma que las poesías. No las entiendo. Yo era la peor destinataria de tan gentil gesto.

y respirar

por disimulo,

como si quedara

algo respirable.

ciudad.

vino.

poesía.

libros,

luz.

como si después

de vos

quedara yo.

En fin, la pasé muy bien, agradecí a las dos y me fui contenta con este gran encuentro (si todavía no fueron a Flor de Un Día, abran un paréntesis en su vertiginosa rutina y vayan). Me fui a tomar un colectivo de tres cifras a Scalabrini Ortiz, un colectivo que nunca llegó. Antes de saberlo, abrí el libro para curiosear y terminé devorando 20 páginas. Taxi.

no es tu culpa

ni la mía.

te lo dije la noche

en que te conocí:

dios es un incompetente.

Quería que pase todo el miércoles rápido para volver a la cama y seguir la lectura, escondida entre almohadones para que los otros tres libros no supieran de mi nuevo affaire. El miércoles se complicó pero el jueves llegó con promesas cumplidas. Terminé el libro de Mariana y descubrí que la poesía, por primera vez en mi vida, se había sentado en mi mesa de luz.

era el tiempo

de querernos en trova,

de buscarnos las bocas

en noches frías.

deshilachar el crepúsculo

entre el humo y las charlas.

tejer esa trinchera

con seis cuerdas y una cama.

Mariana Kruk

http://deoficioarder.blogspot.com/

http://twitter.com/#!/marianakruk

hastalaultimauva@gmail.com

Otro Contar Ediciones

http://otrocontar.blogspot.com/

otrocontar@gmail.com

Puntos de venta “Hasta la última uva”

La Libre (Bolívar al 600 - San Telmo)

Cobra Libros (Aranguren 150 - Caballito)

Ficciones (Las Flores 87 - Wilde)

Factotum (Av. Mitre 1054 - Berazategui)

Ramos Libros (Av. Mitre 581 - Quilmes)