Doña Hortensia López y su eterna primavera

Si ya no hubiera tenido planeado el post de hoy desde hace unos días, anoche lo terminaba de definir gracias a TNT (hace más de un año se lo debía a Universal…). Orgullo y prejuicio, romanticismo acartonado y ternura de antaño, pequeños gestos y grandes momentos… ¿y pueden sentir el aroma al rocío del amanecer?

¡Bienvenida Primavera, oh Reina de los Cursis!

El calor, los pajaritos, las hormonas, las sonrisas plantadas en la cara de todos, la respetuosa cordialidad entre vecinos, compañeros y fellow ciudadanos… se vive una efervescencia que no discrimina a nadie, ni a los aromas. De hecho, a ellos los potencia y los hace jugar el partido entero. ¿Hicieron la prueba de caminar por una calle de casas de barrio para sentir el olor de las plantas florecidas? Hay mil, pero mi favorito es el jazmín chiquitito (Google dice que se llama jazmín de Madagascar), que con fuerza se apodera del aire, gana su protagonismo y suma otra dimensión al paseo.

Hoy vamos a entrar a esa dimensión. No, no estoy organizando un tour por Núñez (aunque podríamos, hay casas con enanos de jardín: lo más). Vamos a entrar de la mano de la China Martino, su Hortensia López y su Almacén de Aromas.

La misma fuerza de la naturaleza en primavera la tiene la China Martino. Llega, te cuenta todo, se divide en madre, mujer, emprendedora y empleada, te contagia pilas, te da rienda suelta, te regala mil cosas, te pide que te enamores de lo que hace, y en un torbellino se va, dejando atrás el aroma a flores del bosque. Podría salir de ella, porque parece un personaje de un cuento que nos gustaría leer a nuestros hijos, pero sale de una de las botellitas de Hortensia López, su último y próspero emprendimiento. Les hablé de un cuento, ¿no? Pues bien, vamos a leerlo…

Hortensia López aromas surgió de casualidad, sin grandes pretensiones. Hortensia es el primer acto comercial de mi vida. Hasta hace pocos años producir para ganar dinero atentaba contra toda mi concepción del mundo y mi paso por él. Todos mis actos estaban regidos por otros tótems: la amistad, la palabra, el honor, la verdad, la justicia, el saber… El dinero nunca entraba en la evaluación a la hora de elegir qué pasos seguir. Claro, eso hizo que muchos años llegar a fin de mes sea una odisea. Pero la recompensa de no traicionar mis ideales sabían mucho mejor que cualquier cuenta en el banco.

Claro, después crecí, atravesé horas de análisis, y fui mamá.

Y la cosa cambio.

Deje de ver el progreso económico como traición y me descubrí capitalista hasta el caracú. Creer o reventar, me agarro la fiebre del oro. Por suerte duro poco. Hoy se equilibraron ambas partes en mi, ni tun tun ni tan tan. Mita y mita. Por eso hoy mi lema es que la vida es chicha Y limonada.

Hortensia es mixtura. Es mitad mía y mitad de todos los que han hecho algo para que crezca. No es solo una fuente de dinero, es también un espacio para hacer mas fuertes mis convicciones. Hortensia también es puente, me conecta con lo que amo: manos laboriosas, gente que la pelea, que está buscando vivir en torno a su deseo.

Hortensia López existe y es española. Y es verdad que se enamoró de Buenos Aires y sus aromas. Y le costó irse.

A los aromas llegue de la mano de otro proyecto que llevaba mi nombre y que hoy reposa en un baúl. Hace seis años, también de casualidad, descubrí una artesana en mí. Y hace casi dos años, me encontraba experimentando en lo que bautice como "biju anti basura". Básicamente se trataban de piezas realizadas con desperdicios, mi único aporte a la ecología en lo que llevo de vida.

Llegué a hacer cosas muy lindas pero que olían inmundas, por obra del barniz. En ese instante, me tope con el mundo de los aromas y me quedé varada. Di con un perfumista de manos mágicas y sin rodeos cerré el taller y me zambullí en el país de los emprendedores. Y me puse el traje de la intuición y osadía mediante salí a la cancha.

Y si, me hice algunos chichones, y entonces busqué ayuda. Me puse a estudiar. Y tuve que arrancar de nuevo.

Después de varias peripecias, hoy Hortensia maneja palabras como equipo, plan de negocios, monotributo, análisis de costos, nicho del mercado, y bla bla bla.

Hortensia ya es un emprendimiento familiar, al que mi marido miraba como a uno más de mis actos alocados y mi hija sentía como un rival que le robaba a su mamá de sus interminables horas de juego. Hoy todos somos Hortensia. Todos giramos alrededor de ella, la mimamos, la hacemos crecer.

Pero hay una vida más allá de Hortensia. Hace casi 20 años que trabajo en políticas públicas de niñez y adolescencia. Y es una pasión a la que soy incapaz de renunciar. Y esa es mi encrucijada actual: estoy entre dos pasiones, y Hortensia no para de crecer y de pedir a gritos exclusividad. Y tiene razón. Le debo una respuesta.

Por eso decimos que para consumir Hortensia hay que enamorarse de ella, como lo hicimos nosotros. Sino, no la vendemos. Posta. No va a andar por ahí sin ser la consentida. Hortensia, como toda mujer, se hace desear. Es la típica histérica que si no se siente amada, no se entrega.

Por eso también trabajamos el concepto de almacén, no solo por nostalgia sino porque evoca eso de la cercanía con el otro, de la comodidad, de la confianza, de la pertenencia. Hortensia quiere llegar para quedarse (¿esta vez podrá?) y quiere que se hable de ella, no quiere pasar desapercibida.

Hortensia promete cambiarte la vida y hasta ahora parece que lo logra (¡a mí me tiene muerta de amor!).

FIN

Fin dice este fantástico cuento contado por la China. Fin dice el texto, pero en texto se queda, porque este es sólo el comienzo para una Hortensia talentosa y presumida, una China apasionada y proactiva, y una familia que se puso la camiseta del equipo. Y no lo digo porque me dejo empujar por el envión de una historia sin igual (¡y tan bien contada! ¡China hacete un blog!). Lo digo porque ya probé los aromas y me enamoré de este almacén. Quiero entrar siempre que lo necesite, y que de vitrinas de vidrio o cajones de madera vieja me entreguen estos aromas a Chocolate, Rosa y Vainilla, Frutos Rojos, Mandarina, Jazmín… la lista sigue en presentaciones de 75, 125, 200 y 300cc. Y si tuviera una tienda propia, la seguiría con la asesoría de Hortensia en encontrar su aroma perfecto, porque las compañías no tienen porqué verse privadas de un olor propio, especial. Así es amigos, llegó la Primavera al hemisferio sur, a Alma Singer y a su barra derecha. ¿La invitamos a nuestro picnic?

Hortensia López Aromas

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