Oda a la galletita

¡Harinas, oh alabadas harinas, hace mucho que no hablo de ustedes! Para compensar mi falta, hoy les dedicaré un post doble con un único fin: celebrar las galletitas (o cookies, digo, para pedirlas bien en el mostrador). Y vamos un poco más, voy a recomendar dos tipos de galletitas que tuve el gustazo de probar hace poco, una para disfrutar en compañía relajada (a.k.a. té de amigas) y otra para llevar y saborear a cuestas. Dos gloriosas galletitas, dos lugares, dos momentos. ¡Adentro!

Crisol

Hace un tiempo me volví a juntar con la Julieta mexicana de Hierbabuena en Crisol, un cafecito nuevo que ella, de San Telmo, descubrió en Colegiales. Bien ahí por el turismo urbano.

Ya antes de entrar te das cuenta que está bueno por un buen motivo: queda a metros de La Dominga. ¿Y qué más queremos que la excelente fusión de café + harinas y alto diseño? Ya me estaba gustando…

Una vez adentro, me gustó el clima de Crisol. Lindos colores, mucho amarillo, mucha madera, una bici ubicada como parte de la ambientación (les debo la foto), ruidito lindo a máquina de café trabajando y aroma fresco de su resultado. Venimos bien.

La experiencia escaló a cien puntos cuando Clarita de La Dominga me llamó a su mesa. Ah, ¡las vecinas toman café acá! Charloteamos un buen rato hasta que llegó Juli y Clarita se fue a trabajar. Al toque aparece Ana, dueña de La Dominga, y saluda mientras se pide su café para llevar. Muy de barrio, mucha onda, bien Crisol, me encantó.

Pero si dejo la puntuación en cien puntos me quedo corta. El té para compartir por $50 que nos pedimos con Juli llevó la vara a mil. Dos súper tazones de café con leche para bajar un budín de limón, un muffin de no me acuerdo pero no importa porque estaba delicioso, un scon relleno pipí cucú, y la mejor galletita de chocolate que comí en Buenos Aires. Es tan buena que, valga la nota para quien la entienda, podría ser la hermana menor DE LA MEJOR COOKIE DEL PLANETA TIERRA: la que venden recién horneada en Marks & Spencer’s. Aaaaaay… es tan buena que vale como único motivo para volver a Irlanda. No hay foto de esta galletita, voló antes de poder tomar la cámara. Así de buena estaba.

Crisol

D: Freire y Virrey Avilés

(Papelón, perdí la tarjeta y todavía no está en Guía Oleo. Este es todo el dato que tengo)

Hendrick’s

Ayer tenía que ir a Suipacha y Paraguay pero terminé en otro lado. Iba convencida a una esquina que no era pero todo pasa por algo. Algo bueno generalmente. Y en este caso se cumplió la regla porque pasé por la puerta de Hendrick’s y la flipé mal. Amo los despachos chicos de comida, y más si tienen tanta onda como este.

Entré a mirar y, como queda medio feo mirar sin comprar, encargué una galletita de avena y chips de chocolate. La verdad que no tenía hambre en el momento así que guardé el primoroso paquetito en la cartera y saqué la caradura de adentro. Dale, sacá fotos. Y saqué. Hello Hendrick’s, nice to meet you…

Me fui contenta con el hallazgo y encontré finalmente Suipacha y Paraguay, y mi destino. El día transcurrió de tour por microcentro y San Telmo, y terminó en el 152 a las 18hs. O sea, la muerte en vida. Tardó literalmente media hora en hacer Santa Fe y Larrea hasta casi Agüero. Media hora, a paso de gateo de infante. Ahí fue cuando recordé que tenía la galletita en el bolso y ¡AAAAAAAH SE HIZO LA LUZ! Que tarde mil años más, yo estaba como chancha sentada comiendo pedacito por pedacito roto por mi billetera, cuadernos, agenda, etc. Pedacitos de alegría para bancarse el mal tráfico, la neurosis de la ciudad y mis pies muy cansados. Una galletita take away que vale la pena el viaje de ida para conseguirla.

Hendrick’s

hendricksba@gmail.com

D: Suipacha 1161 (y Santa Fe).

T: 4326-3656