Alma Singer II | Del Condado de los Detalles con amor

Para llegar a la casa de Vani tuve que tomarme el 133 y caminar cerca de 7 cuadras. La peregrinación con cámara a cuestas valió la pena desde el momento que descubrí que una calle que es sólo una calle en Belgrano, es una avenida en Villa Urquiza y, además, parece una avenida de otro país. No se cómo explicarlo, simplemente me sentí de paseo y eso ya es mucho. Ahora, cuando entré a su casa, ya sabía dónde había llegado: al Condado de los Detalles.

Y detalles hasta en la mesa, donde gobiernan los brownies de chocolate que le hornea su tía cada vez que ella está con visitas. Pequeños trocitos de alegría de un bowl con diseño a mi boca. Pero basta gorda, vamos a lo que importa.

Vani es una diseñadora de interiores y restauradora de mubles que hace un tiempo empezó su camino independiente, asesorando a personas que quieren ponerle alta onda a su casa y no saben cómo o no tienen el tiempo. Fueron a la persona indicada, o por lo menos así lo siento cuando me invita a conocer cada ambiente de su casa, una belleza arquitectónica y una verdadera “chorizo”, cortita pero conectada.

El motivo de la reunión fue un privilegio para mí: ver los inicios de Ayloviú, su marca que hoy, lunes 11 de abril de 2011, es oficialmente lanzada con web y todo. Ya estuvo mostrando lo que hace en Facebook y también estuvo entregando pedidos a clientas afortunadas que llegaron a ella por el maravilloso mundo 2.0, pero ahora sacamos bombos y platillos y lo anunciamos bien grande: Ayloviú, del Condado de los Detalles, llegó con colores y texturas para quedarse.

Muñequitos tejidos que funcionan como móviles, colgantes, pinchos para macetas o sólo muñequitos adorables, almohadones con pétalos a crochet y banderines unidos bajo la misma técnica, cuadritos y bastidores bordados, y varias cosas más que brotan de Vani y todo su equipo de trabajo. Cada uno suma su granito para que los detalles lindos no falten en ninguna casa con alma.

La condesa de los detalles me dio dos regalos para sortear (muy pronto, pero en este post no), y una lechucita adorable para mí. Aproveché que tenía a una experta en diseño a mano y le pregunté “¿Qué onda con las lechuzas, por qué están tan de moda?”. Y con mirada cómplice me respondió: porque traen suerte. Tiene sentido. Una lechucita tan linda por sus colores combinados y textura amable no puede ser otra cosa más que un amuleto de suerte, y por ser de Vani, debe venir recargada al triple de suerte. ¿O acaso una persona que se juega por lo que quiere no tiene ya estrella propia?

¡Muchas gracias Vani por recibirme en casa, por los premios y por traerle suerte a la barra derecha de Alma con tus creaciones! ¡Bienvenida Ayloviú!

Ayloviú

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