Alma Singer I Mi familia por el Mundobu

Cuando conocí Mundobu en La Dominga llegué a pensar seriamente en rescindir mi contrato de alquiler, vender un órgano y rifar a mi hermano en una cantina de marineros rusos para poder comprarme una casa mucho más grande y, en consecuencia, con muchas más paredes para adornar. De hecho, si vendo algo más (no se… ¿a mi vieja? viene con auto…), le pido a Sol Pérez, mano detrás de Mundobu, que me dibuje todas las paredes de mi casa grande nueva.

Cuando la nubecita de ensoñación se rompió, me di cuenta que no quiero dejar mi casa, no me apetece que me corten para sacarme nada ni quiero entregar a mi único hermanito y mi única madrecita porque los quiero y no tendría a quien torturar. Puedo escribir sobre Mundobu y algún día romper mis esquemas, abrir espacio en mi actual casa y plantar uno de sus cuadros. Listo, tema resuelto. ¡Música maestra!

Sol tiene 28 años, estudió diseño gráfico en la UBA y se dedico a su carrera por 10 años. Estaba todo ok con su trabajo, le gustaba, pero a fines de 2009 entró en crisis y decidió cambiar su rumbo. Y el Mundobu, si me preguntan a mí.

Me dejé llevar por lo que más me gustaba y lo que más me gustaba era dibujar. De chiquita me daban una hoja para dibujar, y ante la distracción de mis padres, cuando se me terminaba la hoja, seguía por la mesa, el piso, las paredes, etc. En ese momento pensé que estaba encontrando una nueva vocación y decidí tomarlo un poco más en serio. Así fue que terminé yendo a un taller de ilustración con Daniel Roldán a tratar de dar los primeros pasos y quedé fascinada con volver a hacer uso de papeles, acuarelas, pinceles, y demás.

También volví a encontrar inspiración en las cosas que me gustaban, en particular me inspira mucho la naturaleza y lo infantil. Así fue que empecé a trabajar como ilustradora free-lance y a la vez hacer productos ilustrados por mí (imanes, espejos y cuadros) que en la actualidad se encuentran en las tiendas de diseño de Palermo, San Telmo, y también en el interior del país como Neuquén, Mendoza y Córdoba.

El 2010 llegaba a su fin y, con él, el fin del reinado del diseño gráfico. Sol quería dedicarse de lleno a ilustrar como una ilustradora en serio, sin medias tintas ni medios pinceles. Mundobu apareció para sustentar este sueño con adorables creaciones de todo tipo que alegran a Sol y a quienes tocan (excepto a mi órgano, hermano y madre, vendidos al mejor postor).

Mundobu, manejado por Santi (novio) y Sol, está en producción y se viene con proyectos nuevos: una línea textil y otra de vajilla. Los cuadernos (de 90gr, 18 x 22cm, con 80 hojas rayadas) y anotadores (de 80gr, 10 x 15cm, con 80 hojas lisas de papel reciclado) ya son una feliz realidad. Tienen tapa blanda, anillado metálico doble color blanco, y están a la venta.

Yo creo que voy a comprarle uno a Andy para que relate sus cuentos rusos en tono beat y otro a mi vieja, para que me escriba cartitas desde donde esté… Nah… mentira… no podría… ¿no?

Mundobu

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mundobu@gmail.com