30

Amanecer contenta en una cama grande, mensajes, llamadas, un desayuno con mi mamá, una caja con un regalo increíble, una lechera canchera y tantas otras sorpresas que llegaron en punto para un 5 de febrero soleado, en contra de todos los pronósticos. Cada expectativa se está cumpliendo, y vamos a por más festejos. Esta tarde, en alguna plaza de Buenos Aires, 15 amigos se sumarán a la locura de festejar un cumpleaños con un picnic bajo el sol (o la copa de algún árbol, si el calor se hace insoportable). Todavía no inventaron la carpa aire acondicionado, así que dos manteles de picnic, algunos almohadones, un montón de comida deliciosa y 10 botellas frías sabrán salvar la situación hasta que llegue el conejo relojero y me lleve al próximo festejo, con mi familia. Vaya forma de empezar los 30… Feliz.

¡Feliz fin de semana y muchas gracias a todos por la magiaaaaaaaaaaaaaaa!