El último día de febrero merece un post de despedida al verano. Sí, es cierto, lo más probable es que nuestro clima findelmundista nos haga transpirar a 40°C en abril, pero desde chica (época de colegio), marzo significa el fin del verano. Y amo el verano. Por eso la apertura y por eso este post y por eso esta canción. Quiero recordarme que sus mejores beneficios pueden reiterarse en otoño e invierno, al menos muchos de ellos…
El sábado pasado fuimos al picnic organizado por el CCEBA en el Patronato de la Infancia, en San Telmo. La invitación me llegó por Ceci de Violraviol, que aportó sus placeres cotidianos para lograr un espacio realmente amable y distendido. Ahí va mi primera reverencia al verano: tomarte el 152 y caer en otro mundo, otro estado mental. Primero, tenés que caer en el barrio veterano, caminar sus calles con tranquilidad para incorporar sus detalles y sentirte de vacaciones, por más que las hayas transitado 1000 veces antes.
Tomar todo el sol que queda. Miren, hasta los más impensados intentan quedarse con los últimos rayos cálidos:
No tenerle miedo al “vi luz y entré”. Esta bien, yo estaba en plan de llegar acá, pero si pasas por la puerta y ves esta puerta, ¿no te animás a entrar?
Te animaste, muy bien ahí. Mirá todo lo que podías ver y hacer…
Una imagen vale más que mil palabras. Ojala pudieran sentir este atardecer en su piel. Ojala nos queden algunos más guardados antes de darle la bienvenida a la colección otoño invierno 2011. Ojala tengan una semana genial.
Violraviol
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