Alma Singer I | El cálculo de las remolachas

PLAY (always play) The Calculation – Regina Spektor

Les voy a contar algo muy importante, algo crucial para que vivan un antes y un después en su vida, tal como me pasó a mí: la remolacha tarda HORAS LARGUÍSIMAS en hervirse. ¡La muy turra se toma décadas! Sólo a mí se me ocurre prender la hornalla a las 8 de la noche para recrear la receta Chupitos de Remolacha que Martín Sabater compartió en el Libro de Cocina de Elo Alemany. Esa primera vuelta terminé de hervir las remolachas (sólo el primer paso de la receta) a eso de las 11 de la noche… mis amigos no tuvieron el gusto de probar los chupitos y Estercita tuvo que llevarse el logro a casa para que no se echen a perder en mi heladera, abandonada por el viaje de Navidad.

Pero soy una chica de buscar revancha así que volví a comprar remolachas, las puse en el agua a las 6.30 de la tarde y dejé que la lenta ebullición cocinara también mi sueño de la entrada perfecta para mi primera cena en casa nueva. Él llegó a las 7, me ayudó a calcular otras cosas y a poner la mesa, en el balcón, con servilletas lindas devenidas en individuales, yerberas rojas, mis platos nuevos y una velita… soy una romántica patológica. E incurable.

Para las 10 perdí las esperanzas: las remolachas las cosecha el demonio de lo gourmet, y tuve que saltearme directamente a los sándwiches de salmón ahumado y albahaca, las papas rústicas (¡gracias Ceci!) y el postre. Qué problema igual, ¿eh?

El punto es que las remolachas terminaron de hacerse cerca de la medianoche. Ahí dejé que se enfriaran, las guardé en un tupper y a la heladera. Por lo menos la primera parte estaba hecha.

Al mediodía me desperté con la necesidad visceral de terminar esos chupitos de remolacha. Volvimos a calcular nuestras probabilidades y vimos que estábamos con suerte. Él machacó hielo con un repasador (clave para cumplir la receta) y yo metí en un frasco las remolachas cortadas, trozos de pan de pebete rico embebidos en aceto, un chorro largo de aceite de oliva, algo de sal, sus hielos escarchados y un pote de yogur natural griego. No hay que mirar mucho tiempo este rejunte porque te quita las ganas de comerlo, hay que ir directamente a lo que importa: la Minipimer. Amo la Minipimer (gracias Andy). Cinco, cuatro, tres, dos, uno… ¡violá!

(Sí, le puse una hojita de albahaca arriba… creo que vi demasiado Top Chef… pero igual estaba rico jejeje).

¡Eso es todo amigos! Necesitan dos días para cocinar esta receta pero les aseguro que la espera a) puede ser muy divertida, y b) vale la pena. ¡Bon profit!