El síndrome fin de año

No se ustedes pero fin de año me tiene extrema. Fue un año intenso y el motherfucker parece querer despedirse haciéndome sentir toda esa intensidad condensada en 31 días. En un momento me estoy riendo a carcajadas con la boludez más grande y a los dos minutos estoy replanteando el resto de mi vida con los ojos llorosos. Después entra un mensaje de texto que me ablanda las piernas y me olvido de todo, hasta de comprarme la cama de dos plazas para darle la bienvenida al 2011 como corresponde. Y quiero ver a mis amigos, a mi familia, darles besos, reírme con ellos, escuchar todas sus historias, abrazar especialmente a Flopa y a Ale que vuelven a casa, tirarme de bomba en la pileta, jugar con mis sobrinos, jugar con mis amigos, jugar con el proveedor de Cabshas, jugar, jugar, jugar como si tuviera 20 años menos.

Y después llegó a casa una carta. Así, silenciosa, se deslizó por debajo de la puerta de entrada y me dijo:

En este nuevo año: respirá más profundo, cantá más fuerte, usá más sombreros, andá más descalzo, olé más flores, regalá más caramelos, mirá más al cielo, comé más pochoclo, hacé más la vertical, besá más porque sí, caminá más lento, escuchá más chamamé, tomá más limonada, corré una vuelta más, lee más poesía, pedí más deseos, abrazá más fuerte ***

Los buenos deseos de Agus, tan simples, grandiosos y honestos, me llevaron a encausar toda la intensidad del 2010 para donde yo quiero: sólo lugares felices (less drama, more queen). Muchas, pero muchas gracias Agus.

Scream a symphony

No se pierdan el 365 de Hien, una deslumbrante fotógrafa (aunque amemos al 365 de Diegou y sea nuestro favorito número uno campeón del planeta). Se supone que acá está su Tumblr pero me sale error, recomiendo entonces que por ahora visiten su Flickr, simplemente existencial.

¡Qué tengan un intensamente feliz fin de semana!

(Y no se pierdan las propuestas que pueden hacer este fin de semana en el Facebook de Alma Singer… busquen la carpeta de fotos llamada Agenda).