No bajar los brazos y reinventarse son dos cosas que admiro mucho. Leo la historia de Gladys, contada por su hija Euri (periodista que conocí en mis años mozos de Perfil ¡ja!), y tengo en la pantalla el cuento de Navidad: una historia real con moraleja para extraer de este mundo absurdo y comprender que no dependemos de otros ni que todo está dicho.
Mi mamá es docente desde hace 20 años de niños de todas las edades de escuelas primarias. Siempre así, rodeada de nenes, con la educación pública en su corazón y siempre atendiendo las necesidades múltiples de incontables caritas con sonrisas blancas. Y nosotros, su familia, dando ropa, juguetes y libros porque ella nos enseñó a sus tres hijos que se puede dar casi todo de uno por algo que te gusta. Gladys (o Chicha) va para adelante siempre.
Un día pasó lo que cualquier persona que ama su trabajo teme, el anuncio de su inminente jubilación. No hubo abogado que valga ni extensión posible, Gladys tuvo que dejar los pizarrones, las tizas y las caritas con sonrisas blancas. ¿Acaso se cruzó de brazos y se envolvió en su tristeza? No, no… no esta misionera que dejó sus tierras coloradas para vivir en Rosario y luego plantarse en Buenos Aires. Dos DÍAS después de la sentencia ya estaba presentándole a Euri sus tejidos.
“Mirá esta, ¿te gusta? ¿Y esta? ¿Y esta? Hoy fui a averiguar diferentes texturas de hilo para tejer y esto, esto me gustó”. Y aparecieron bolsas y bolsas de hilos de tela de todos los colores y alfombras cubriendo las habitaciones de su PH, combinando todos los colores posibles y hasta los imposibles. Y toda la familia con alfombras, las tías, los amigos y cadenas de encargo… ¡y gustó!
Y sí, así es mi madre. Transformando colores y sentimientos en otros rápidamente. Docente de la vida, maestra de corazones. Teje ansiedades y colores que tiene en su cabeza para entregar lo mejor de ella. Sin pedir ayuda te da lo mejor que puede hacer con toda su constancia, su detalle al máximo, dedicación absoluta y, sobre todo, ganas de hacer y hacer y generar y más y más y no para, jajaja. La quiero, entiendo y aprendo todos los días lo que quiero de ella y lo que no, y así la voy queriendo más.
Las alfombras se fueron apilando, vendiendo, siendo. Con todo este caudal de producción, Gladys ya era toda una emprendedora independiente y Euri, su admiradora número, puso la última carta sobre la mesa cuando le sugirió bautizar la movida con el nombre “Solochicha”.
Las alfombras son una parte muy pequeña de todo lo que fue tejiendo en su vida con nosotros, con la frescura de sus baldes de agua en el patio de casa mientras afuera reinaban esos calores de asfalto que pelan y ella, esperándote con sus limonadas con hielo. Sí, las alfombras son un detalle al lado de todo lo que da y sigue dando.
Este cuento de Navidad, por suerte, no tiene punto final. Pero su moraleja se escurre de la pantalla y me deja pensando. Van entonces dos deseos que espero se materialicen en todos ustedes este 2011: que siempre encuentren pilas que los ayude a no bajar los brazos y que nunca tengan miedo de elegir quién quieren ser.
¡Qué tengan un gran martes… les desea mi versión más ñoña posible!
Gladis Goñi
T: 4921-4936
M: 15 5767-7419
B: Caballito
Asi es, sacar fuerzas y reinventarse.
ResponderEliminarbesos mil linda!
Para aprender de Gladys cada dia!!!
ResponderEliminarbesos y feliz año!!!
Todo lo ñoña que quieras, pero me hiciste llorar...
ResponderEliminarEstas historias de vida son las que nos ponen pilas y nos obligan a no claudicar nunca!
Felicitaciones Gladys por tu inmensa creatividad!!!!!!!!!!!!!!!!!
Beso enorme de último martes de 2010!!! :)
ay, es muy emocionante, y más sabiendo que es una historia real.
ResponderEliminarGrnde Gladys y esas pilas interminables!
Un beso Verito, de parte de otra ñoña!!
Qué fácil uno se rinde y que bueno sería ser como Gladys...donde el rendirse no existe en sus planes...no está ni como opción...
ResponderEliminarArranquemos el año que llega así! Apuntando bien alto...Poniendo metas y progresando día a día...en todos los aspectos de la vida...porque la fortaleza que dá sentirse vivo no te la saca nadie...
Un saludito!
wonderful work!
ResponderEliminarEsaaaaaaaaaa, que grande Unicornio. Lo que hace la mamá de Euri es realmente bello, que bueno verlo en tu blog! Y bravo Euri por tan lindas fotitos!!
ResponderEliminarHermosa historia, muy inspiradora y sobre todo en esta época! No hay excusa para seguir con la cantinela "que no puedo, que no quiero, que no me sale" y a mi es a la primera que me lo digo! Felíz 2011 a todos!
ResponderEliminarHermoso Vero Alma!!!
ResponderEliminarMe encantó!! Me emocionó!! Gladys, a pesar de no ejercer ya como docente nos sigue dando una lección de vida!!!
Un abrazo grande
Moni
jaja, sos una genia veri. gracias por la energia, feliz todo, tengo aqui tu regalito. a ver cuando te veo energia imparable!!!
ResponderEliminarCon su permiso Verin Y Euri (y Gladys, claramente) me llevo conmigo para el 2011:
ResponderEliminar'No bajar los brazos y reinventarse' (si! Vero SI !!!)
'Teje ansiedades y colores que tiene en su cabeza para entregar lo mejor de ella.' (Euri: tu vieja es lo mas! Yo esto No lo aplicare al tejido -y el mundo entero estara agradecido!- pero si a todo lo demas!!!)
FELIZ FIN DE 2010 y lo mejor para el que sigue.
sobes
reiventarse siempre.
ResponderEliminarQuiero hablar con esa señora tejedora!!!!
=)
besos miles nena!!!!!!!!!!
:)
ResponderEliminarFeliz Año, Verito!!!
eeeeh qué bueno que este post logró tan lindos deseos!! ojala todos podamos seguir siempre el ejemplo de gladys :)
ResponderEliminary euri, gracias a vos! coincido con lau: genialessss tus fotos! a por todo en este 2011!!!
muaaaaaaaaaaaa