Alma Singer II | No podía llamarse de otra forma

Estoy acumulando lugares que visité y muchos “muuuuuu” de mi hermano, así que arranco la semana con Pipí Cucú, un adorable restó que queda en ese indefinido punto donde Belgrano se casa con Palermo mientras mantiene un affaire con Colegiales. Los árboles de las veredas resguardan ese imperturbable espíritu de barrio, amenazado por el constante vaivén de autos a 50km/h que buscan cruzar primero el puente Soler. Vale para caminarlo un rato, post almuerzo en Pipí Cucú.

Les contaba que Pipí Cucú es un adorable restó situado en Ciudad de la Paz 557, y forma parte del frente del increíble pasaje General Paz. Se los muestro, seguro lo reconocen:

Es por eso que sentarse a almorzar con tu mejor amiga en la vereda de Pipí Cucú puede ser un pasaje sin escalas a París, donde la ensalada de mollejas es el bien más preciado y hasta una copa antigua de agua fresca tiene glamour.

Si se sientan adentro, pueden pasarse un buen rato mirando la decoración kitsch del lugar y de las mesas, tan a tono con su nombre. Se destacan sobre todo los cuadros pintados con tizas de colores por el dueño del restó.

De noche o de día, los platos llegan en tiempo y forma, lo que hace que la experiencia siempre sea agradable (con amigas, en cena aniversario o en primeras citas: sí, re da primera cita. Lo avala Grecia Colmenares vestida de Heidi paseando a Lassie por Disney).

Pipí Cucú

http://www.restopipicucu.com.ar/

restopipicucu@hotmail.com

D: Ciudad de la Paz 557

T: 4551-9314

H: lunes a sábados de 10 a 1hs.

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