Qué difícil es escribir un post sobre fin de año cuando acabas de firmar contrato de alquiler, tenés un bowl lleno de cerezas frescas en la heladera, besos que te aflojan las piernas y la perspectiva de un nuevo año con cama grande y colmado de cambios más que positivos. Es imposible no caer sobre una nube pulposa de unicornio cursi. Rufus del demonio desaparecé de acá YA o los baldes van a correr a cuenta tuya… Eso, gracias Gustavo, vos sí sabes sacar belleza de este caos, qué virtud.
Lo cierto es que antes de darle la bienvenida al 2011 quiero agradecerle al 2010 por haber sido como fue: INTENSO. En lo bueno y en lo malo. MUY. Genial, revelador, real. Y lo prefiero así toda la vida porque no dejo de confirmar que no hay nada más lindo que sentirse vivo, llorando y riendo por igual. Balde.
Quiero agradecerles a mis viejos por seguir prendiendo luces para que encuentre el camino; a mi hermano por ser la mejor combinación posible de familia y amigo; a toda mi familia por acompañarme y por celebrar lo auténtico que tiene cada uno; a todos mis amigos del alma, por ser mi familia, mi descanso, mi locura y mi todo; a mis amigos reencontrados, que se toman un Nesquick con vos como si no hubieran pasado mil años; a mis amigos nuevos, tan maravillosos, sorprendentes y únicos; a mis editoras y toda esa gente que apostó por mí como profesional y me apoyan para vivir mi sueño… nunca dejo de crecer y de ser mi mejor versión posible junto a todos ustedes. Lucky girl, definitivamente.
Deseo profundamente que su 2011 esté cargado de todo eso: amigos entrañables, familia unida, amores sanos y reales, sueños cumplidos, hogares con flores, fotos y heladeras repletas, trabajos y proyectos que los llene de orgullo pero que no los definan, amigos nuevos, tristezas afuera, carcajadas, salidas al cine, a comer, a pasear por pasear, viajes cortos y largos, libros, canciones para bailar descalzos y sentir en cada fibra del cuerpo, cuadernos para escribir nuevas historias y todas esas cosas lindas que vienen con el combo vida completo. Yo lo quiero agrandar por 50 centavos (¿o ya estamos agrandando por $30?) y convidarles. Seamos felices, brillemos… Y balde.
(Las postales las mandé a hacer con el genial Fede de Prensa La Libertad… no puede ser más groso).
¡MUY FELIZ VIDA!