No se a quién se le ocurre ir a almorzar a Barracas, viviendo en Núñez, el mismo día que tiene que embarcarse a Chile. A mí, ponele. Pero si Ceci te dice de ir a Caseros porque está bárbaro, vos estás con ganas de ir hace ya un año, y justo coincide que tu amiga chaqueña None está de visita en Buenos Aires, pues vas y contenta. Al combo se sumó Arturo, también de paseo por la ciudad.
Partimos entonces los cuatro en auto a Barracas (¿a quién se le ocurre cruzarse la ciudad EN AUTO un VIERNES?). El solcito, la avenida Libertador, sus árboles y pajaritos, anécdotas y reflexiones divertidas expresadas cual Samantha Jones PR sentaron las bases de un paseo delirante. Para cuando llegamos a Caseros estabamos naturally high (sí, naturally Sr. Juez).
Caseros es espectacular. Es hermoso por donde lo mires, es el detalle perfecto en cada cosa, es volver a sacarle fotos con muchas, pero muchas, ganas a un lugar. Y eso que todavía no habían traído el pan…
Un grupo de limones reinaba nuestra mesa, en el centro y a todo color. Limones. Amarillos y perfectos dentro de un plato que me hizo acordar al campo de mis nonnos. Con el mambo en que veníamos, daba para pasarle el cuento a Alanis y que lo sume a Ironic. Pero igual la cadencia del soundtrack de este almuerzo se lo debemos a The Kooks y su Tick of time.
Veníamos bien, charlando como personas civilizadas entre los cuatro y con Sil, amiga de Ceci, chef y dueña de Caseros. Yo hago esto, vos haces esto, estos son tus proyectos, la la la la, civilizado y correcto. Creo que las compuertas a las risas descontroladas recién se abrieron cuando trajeron la deliciosa entrada del menú del día. Salteado todo queda bien, se me ocurrió decir. La nada misma, ¿viste? Pero a los chicos les causó gracia y empezaron a anotar cuanta boludez se escapaba de mi boca en el mantel de papel.
None rió, Ceci rió, Arturo rió, Vero lloró y todo fue una confusión… de risas, delirios, palabras en la mesa, fotos vivenciales, fotos que parecían robadas pero no, visitas al baño, merluza con puré para levantar monumentos, más historias limonas, tazas y café digestivo, galletitas de limón –cua- traídas a la mesa off the record, y más que ahora se me escapa…
Caseros representó todo lo que estaba buscando en mi era freelance: almuerzos con amigos en plena semana en lugares increíbles sin importar dónde queden, y sin controlar el tiempo… o no tanto por lo menos. Al avión llegué, y hasta subirme… ¡qué viaje tuve!
Caseros
D: Av. Caseros 486, Barracas
T: 4307-4729
H: De martes a sábado, mediodía y noche
Más fotos Caseros
Hace tiempo que tengo ganas de ir pero siempre me da fiaca cruzarme la ciudad...tendría que haber aprovechado cuando trabajaba por ahí...pero al ver las fotis, me convencí de que no me lo puedo perder. Un sábado de estos, al mediodía sale Caseros. Gracias por la magia! ajajaj Un beso!
ResponderEliminarDaniela
Tu amiga tiene una camara estilo lomo ahi???? Que loco! Nunca probe una! Quieroooo
ResponderEliminarYo también quiero una de esas camaritas! Qué lindo post Verito, buen día, día!!
ResponderEliminarq lindo lugarr quiero irrrrrrrrrrrrrrrr
ResponderEliminarDan muchas ganas de ir!
ResponderEliminar... y de ser freelance para hacer esas cosas (ojo, igual te extrañaba en Chile)
Lindo lugar!!! Y muy lindo post!!!
ResponderEliminarBuen miércoles!!!
AYYY!!! Ya veo por que el fallido en tu mail Vero! Caseros por Barracas... como para no recordar a Caseros cada vez que alguien nombre Barracas! QUIERO, QUIERO, QUIERO. Ya está agendado y en breve seguramente pasaré a visitar y te cuento.
ResponderEliminarMuy lindas fotos, se nota que la estaban pasando bien eh!
besos
J
Qué espectacular Caseros!! Muy lindas fotos Almita!
ResponderEliminarel lugar es LINDISIMOOOO y se come super, super rico. vale la pena viajar el que vive en la otra punta como yo.
ResponderEliminarojo, findes a la noche reservar!
=)
CASEROS es hermoso y y Sil cocina perfectamente rico, riquísimo.
ResponderEliminarSiempre sol y bueno momentos, eso es Caseros y eso es Sil, que también es hermosaaa!!!
Quierooooooo, me encanto Veruuu!
ResponderEliminarBesote