Hasta acá llevé mi subjetividad con los Beatles al palo, llevándolos no se con qué autoridad por los rincones de mis recuerdos. Malísimo. Es hora de darle consistencia a esta semana especial, con mucha mejor literatura y aún mejor conocimiento sobre los cuatros muchachitos que salieron de Liverpool con ganas de rockearla. Hoy tengo el lujo de presentar a dos talentos que escribieron especialmente para este blog. Chapeau y gracias totales…
Lleva un tatuaje de John Lennon en su espalda, pero su Beatle preferido es McCartney. Esa es una de las tantas cosas que define a Andrés Mariani, mi hermano, en su perfil de Blogger. Conociendo su profundo fanatismo por la banda, que excede a las mil millones de horas de long play y se guarda en su biblioteca como gordas bibliografías, le pedí que escriba algo. ¿Qué?, preguntó. Lo que quieras nene. Y acá va… comfort y letras para volar.
¿Por qué McCartney importa?
Te tiras en un sillón, prendés un cigarrillo, apoyas los pies sobre la mesa y pones play…
De repente tu biblioteca parece verse atiborrada de clásicos modernos, obras de Bowles, Miller y Nabokov se mecen junto a las de Bukowski, Genet y Céline. La pared del living no es sino un collage uniforme de fotos blanco y negro de autor que se cuelan entre las coloridas tonalidades de un pequeño rejunte de obras abstractas y de arte pop. El suelo de parqué barnizado por una oscura gama del nogal finés. La ventana, abierta de par en par, permite el ingreso del viento que apacigua el sofocamiento y lo llena de sonidos naturales que van más allá del ruido de la calle. En fin…una extraña paz en nuestra bendita Buenos Aires.
Golden Slumbers comienza progresivamente a desgarrar las capas del monoambiente. Una suave intro de piano queda atrapada perennemente al ritmo unísono y cadencioso que los dedos del célebre bajista sugieren. Los versos iniciales entonan con melódica exactitud los primeros acordes de la canción. In crescendo, el bajo se va acoplando con un séquito de cuerdas creando así una atmósfera tan liviana que pareciera uno flotar apaciblemente sobre eternos campos de fresas. Sin embargo, esto no es más que el preámbulo a uno de los momentos más extraordinarios de la música popular: el maravilloso rugido de Goooooolden Slumbers Fill Your Eyes, Smiiiiiiles Awake you When you Rise, cerrás los ojos y te dejás llevar. Estás en buenas manos, la música tiene ese no se qué.
El track finaliza abruptamente para continuar con el famoso medley del lado B que pone al Abbey Road dentro del top 10 de cualquier medio gráfico especializado.
Sin demasiados arreglos e influenciado por la poesía de Thomas Dekker, Paul McCartney escribió esa simple canción en homenaje a los lullabyes de la época victoriana. Durante ese minuto y monedas que dura la canción se puede resumir todo lo que Macca representó para esa pequeña banda de scousers llamada Beatles.
Mientras Harrison se comprometía full time con el hinduismo y Lennon experimentaba con drogas pesadas, McCartney comenzaba a extender su conexiones en el underground inglés. Su primer contacto con la escena avant garde londinense llegó a través del legendario John Dunbar, beatnik aficionado y co-fundador de la galería Indica, ésta misma un espacio frecuentado por una gran variedad de artistas plásticos y lugar donde Lennon conoció a Yoko mientras ella exponía parte de su tergiversada obra conceptual.
Gracias a Dunbar Paul conoció a Robert Fraser, un marchante de arte quien a cambio supo rodearlo de una heterogénea plétora de artistas, músicos y escritores de la talla de Burroughs, Barry Miles y Willem de Kooning por nombrar algunos animalitos de la escena hip local.
Durante esa época temas como Hey Jude, Yesterday y For No One brotaban fácilmente del imaginario creativo del autor. Su prolífico aporte llegó a monopolizar las sesiones cuando los Beatles dejaron los conciertos y se convirtieron en una banda de estudio. No sólo logró hacer del bajo un instrumento cool sino que también dedicó gran parte de estas sesiones para grabar piezas de batería, piano y guitarras (imposible no detenerse en el grandioso duelo de guitarras McCartney, Harrison y Lennon del tema The End).
El tipo pintó, escribió libros de poesía, compuso dos o tres operas musicales y se dedicó a meter un hit detrás de otro. Pero todo esto no fue suficiente como para meterlo en el olimpo de los mártires del rock. No lo mató un Holden-Caulfield-wannabe, ni una sobredosis o una espantosa cirrosis. El tipo se dedicó a rockear y a convertir esa curiosidad en algo concreto. Algunos lo llamamos arte.
Her Majesty acaba de finalizar, y con ella la permeabilidad en la que te veías envuelto. El cigarrillo apagado, las colillas saliéndose del cenicero, el calor del verano porteño. La mirada perdida, pero satisfecha, como quien sabe que un buen colocón no es el que dura doce horas sino el que te deja con las ganas. La música tiene ese no se qué. Levantas el culo del sillón y pones el Sgt. Pepper´s. Esa es otra historia.
guauuuu!!! mis dos hijos son genios!
ResponderEliminarsimplemente eso... GENIOS!
Piel de pollo.
ResponderEliminar"Estás en buenas manos, la música tiene ese no se qué"
Gracias Andy!
Grosssso!!! Señora de Mariani, usted lo ha dicho, sus dos hijos son unos genios! PURA SENSIBILIDAD!
ResponderEliminarQué lindo que es volar...
Besos
Excelentemente escrito ... y si no era Paul mi favorito, lo es ahora.
ResponderEliminarsobes
la admiradora de los hermanos Mariani. son una bomba uds dos.
ups.... lo de sra. de mariani, sonó muuuuyy a viejaaa!!!!
ResponderEliminarjjajajja, de ningún modo!!!, no la conozco pero con el espíritu que tiene vero, no creo que usted sea nada vieja, hay que seguirle el ritmo a esa niña!
ResponderEliminarbeso
hey gracias a todos!!
ResponderEliminarvero grosa!!
beso!
Impecable!!! Me quedé extasiada...
ResponderEliminarMil razones más para decir que Paul es mi favorito.
Gracias Andy!
jajajajaajajajajajaajaajajja!
ResponderEliminarANDY MARIANI ¿POR QUÉ HASTA AHORA, ME HA QUEDADO OCULTA TU PASIÓN POR LOS BEATLE?
ResponderEliminarY PAUL, TAN LUEGO! QUIZÁS PORQUE ESTABA ESCRITO QUE DEBÍA ENTERARME ASÍ, DESDE ESA LÍRICA Y TRASCENDENTAL RESEÑA DE UNA TRAYECTORIA QUE, A DISTANCIA DE UNA GENERACIÓN Y MONEDAS, (TE LO ROBO!) SÓLO SE PUEDE REDACTAR TRÁS UNA PROFUNDA Y APASIONADA BUSQUEDA. SOS UN GENIO, ANDY, MI NIETO PIRATA! ME TRANSPORTASTE AHÍ, TAN ATRAPADA EN TU ATMÓSFERA, QUE ¡MIRÁ! NI ME DI CUENTA DEL HUMO DEL CIGARRILLO! Y POR DIOS, QUE DISFRUTÉ!
A VOS, VERO MARIANI, ALMAQUENOSCANTA, GRACIAS POR DAR A CONOCER ESTA HISTORIA, A VOS, GRACIAS! DIGNA HERMANA DEL AUTOR!
ESTOS SON NIETOS MÍOS E HIJOS DE MI HIJA Y MIMHIJO!
LA PUCHA QUE LES SALIERON BIEN!!!