Alma Singer I | Won’t you come out to play?

Dear Prudence, won't you come out to play

Dear Prudence, greet the brand new day

The sun is up, the sky is blue

It's beautiful and so are you

Dear Prudence won't you come out to play

Hay mañanas en las que me levanto y la vida pasa en cámara lenta. Son días Dear Prudence. De alguna forma cada detalle de la más pura cotidianidad cobra importancia vital. Escucho el cricricri del pan tostándose, veo cómo el azúcar se sumerge con fiaca en mi café con leche, elijo qué remera me voy a poner de acuerdo a su nivel de suavidad y tardo por lo menos diez minutos en reunir mis cosas, ponerme el saco y abrir la puerta de la casa. No es vagancia ni es bajón de arrancar el día. Es todo lo contrario, es incorporar todo desde otro lugar. Creo que lo llaman tranquilidad. No se cómo explicarlo, pero hay días Dear Prudence.

Quizás con un video sea más fácil de transmitir este estado de ánimo. Una mañana Dear Prudence de julio me encontró con la cámara en mano y me llevó de casa a la boca del subte por la misma calle interna de Núñez que tomaba todos los días vía al laburo. Amo a mi barrio, amo a mi MP3, amo a los Beatles dedicándome un concierto para mí sola y amo cómo hasta el más mínimo guiño que me regala mi paseo matutino me confirma que acabo de tener un Meet & Greet con el gran sentido del humor del cosmos. Ya lo verán en el video (aclaro: no soy vándala, y ya entenderán porqué me atajo…). Al final del paseo se suma una selección de fotos de otros días Dear Prudence, porque por suerte el tema es largo y siempre da para más. Ya saben qué tipo de buen día les deseo…