El primero de muchos

Mi primer almuerzo fuera de casa, en plena semana y ya iniciada mi era post Perfil, fue en Cusic. Tenía que comer algo entre una cosa y otra, y secretamente buscaba un lugar que me contuviera. Que me dijera con dos pulgares arriba “Sí Vero, no te equivocaste, lo estás haciendo bien”. Igual era mucho pedir, lo se, pero estaba en una etapa de revalidación de decisiones y lo necesitaba. Qué atinado el destino que me sentó en la mesa de Cusic.

Había conocido de nombre al lugar por los famosos Green Drinks que Pau, Ethel Bonnet-Laverge y Emilienne Brard organizan todos los segundos martes de cada mes. La recomendación quedó atestiguada en mi guía Alma Singer Pocket (JAAAAA!) y ese miércoles la recordé.

Cuando llegué a El Salvador 6016 y toqué el timbre sabía bien dónde estaba entrando. Lo que ahora es Cusic, antes era una casa de fiestas, digamos, que gozaban la vista gorda de la ley. Recuerdo un reviente ahí (tan reviente que no me acuerdo de quién era el cumpleaños), y ahora entro y veo flores, macetas y árboles amenos que se inclinan sobre mesas de madera situadas en la galería para recibir domingueros remolones. Paz total.

Puertas adentro, la casa del reviente tomó otro color y otra vibra, sin dudas. Había chicos jóvenes con sus laptops, ideas y almuerzos descontracturados de laburo (levante la mano el que es un creativo publicitario… aaaaah… ahí estás). Había un enorme pizarrón que relataba el menú con recetas dedicadas a personas y mensajes buena onda, más mesas de madera, San Vicentes (flores) en frasquitos de vidrio, guirnalda de pajaritos, platos de abuela exhibidos en la pared y hasta una escalera, que orgullosa lucía delantales divinos para comprar. Si buscaba contención, acá hay de sobra.

A todo esto me senté en una esquina, mirando al salón. Esto de almorzar sola me parece rarísimo, por eso había llevado de paseo a mi cuaderno del blog, el que se llenó de ideas para el primer cumple de Alma. El lugar re daba para pensar tranquila. Creo que con tanto creativo y productor audiovisual cerca se hizo más fácil garabatear ideas. Hasta hablé por media hora con Lau, como si estuviera en casa.

Me atendió una chica muy amorosa, tranquila. Se disculpó mil veces por haber tardado un poco con mi pedido (una ensalada de verdes y fetas de calabaza… ¡¡¡qué light estuve!!!), pero no hacía falta. No me había dado cuenta y la estaba pasando muy bien, sip, como si estuviera en casa.

Cuando pagué mi cuenta me animé a preguntarle si después de lo que tenía que hacer podía volver a sacar fotos. La chica que me atendió, que resultó ser Cusi, la dueña y chef, me dijo que sí de una, muy buena onda. Así que volví y me liberé, como hacía mucho tiempo que no lo hacía con la cámara. Entre foto y foto, Cusi me contó de Cusic, que claramente le da mucha felicidad (imagínense cocinar y atender tu propio lugar) y de su blog, donde sube recetas, muestra sus fotos y cuenta su historia. La pasé tan bien y me dio tanto gusto encontrar a alguien que haga lo suyo con tanto amor, que me compré una DELICIOSA galletita para prolongar el buen momento en casa (¡excusas anti Cormillot!). Y yo que necesitaba revalidar mi decisión… qué atinado el destino, ¿no?

¡Muchas gracias Cusi por la buena onda!

Cusic | Sabores Caseros

http://www.cusic.com.ar/

http://chezcusic.blogspot.com/

cusic@cusic.com.ar

D: El Salvador 6016

T: 4139-9173

H: Martes a viernes de 8 a 20, y sábados y domingos de 10 a 20.

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