¡Fantástico!

Tienen que ver la película Fantastic Mr. Fox de Wes Anderson. No se si va a llegar al cine (o si ya vino y se fue), ni si ya está en su video club amigo o si tendrán que acudir a prácticas piratescas para verla (Señor Juez: no estoy fomentando nada ilegal…), pero tienen que ver Fantastic Mr. Fox.

Tienen que ver esta película animada muy –demasiado- bien lograda, con humor a lo Anderson pero en formato accesible (especialmente para esos que odiaron The Darjeeling Limited… Why, oh why?). Tienen que verla por la voz dandy de George Clooney, por la voz premio-Oscar de Meryl Streep, por la voz sexy de Jason Schwartzman y porque obvio está la infalible voz de Bill Murray, a quien amamos y veneramos desde Día de la marmota.

Tienen que verla porque tiene un soundtrack del carajo (la sensibilidad musical de Wes Anderson rivaliza con la idolatrada sensibilidad musical de Cameron Crowe), porque hay gags sumamente inteligentes y porque la historia fluye sobre rieles recién aceitados.

Ahí les tiré una opinión bastante lograda de la película según los clásicos ítems a criticar… pero debo insistir en que se hagan el favor y la vean, aun si debo recurrir a argumentaciones poco lógicas. Como por ejemplo, que el mismísimo Fantastic Mr. Fox es tan fantástico que logra despertarte post cena y sobremesa a lo Diegou un viernes a la noche para que le prestes toda su atención. El Fantastic Mr. Fox es tan fantástico que respondería mis 265 mails sin atender de la cuenta del blog en media hora mientras tranquiliza a un bebé de tres meses con cólicos. El Fantastic Mr. Fox es tan fantástico que emana Wi-Fi, no te cobra por usarlo y personalmente te alcanza el café a tu mesa (sin cobrártelo, obvio). Más o menos eso. ¿Quedó claro? ¡Fantástico!

¡Olvídense de súper, ignoren increíble… que tengan un fantástico fin de semana!