Alma Singer II I Hábitats catalanes

Cuando comencé con mi proyecto de retratar las casas de mis amigos para presentarlos a ellos a través de sus cosas, hábitos y más pura intimidad, nunca pensé que llegaría a desarrollarlo al otro lado del Atlántico. Y acá estoy, a punto de mostrarles las casas de Cande, Coco, Metu y Vivu, cuatro actuales habitantes de Catalunya y felices moradores de hogares que hablan por ellos. Todo un lujo.

Cande, la Baby

Ya tiene 26, está casi recibida de arquitecta y anda a sus anchas por el mundo pero arrastra el mote Baby (dado por su hermano Agustín, alias Coco) por ser una de las más chiquitas del grupo Dublin 2004-2005. Su piso compartido con su amiga Lula (también argentina) y un francés a punto de irse (…tenés 5 minutos para despedirte y dejar la casa… horror que sepa eso) queda en Gracia, en un edificio viejo pero con mucha onda y ambientado en las áreas comunes con láminas de arte, mapas de BCN, su metro y del mundo. Lo mejor es ir al baño: mientras haces pis podes testear cuántas capitales del mundo sabes gracias a la cortina del baño donde se despliega un detallado mapamundi. Lamento informar que igual de eso no hay foto (lo único que falta es que saque fotos hasta en el baño…).

Coco, el gran anfitrión

A Agustín (Coco) le encanta recibir gente, que se sienta cómoda y que no le falte buena diversión y un colchón donde descansar después. Sueña con abrir un bar (relax Coco, no voy a develar su grandioso nombre) y, con la experiencia que está acumulando en su piso catalán, no tengo dudas que lo logrará, en Barcelona, Buenos Aires o donde quiera.

Vive con Robert (alemán), Marion (francesa) y con –creo- Laura (-creo- catalana), a quien no tuve el gusto de conocer. Su piso también queda por Gracia y refleja a una comunidad de viajeros con inquietudes culturales… epa, la descripción que batí es genial. Y con muy buen tino, hay baño para las nenas y otro para los nenes. Tampoco saqué fotos de esos, estaba un poco borracha.

Metu, reina de la Comarca

Esta pequeña pequeñísima hobbit vive en Gerb, un pueblo a cinco minutos de Balaguer, comarca de Lleida (¿está bien dicho así?). Esta pequeña pequeñísima hobbit ama a su tierra, a sus montañas, a sus “pantanos” (lagos) y a su chico Albert (un joven con alma de abuelo de pueblo, amistoso y dicharachero), con quien se acaba de mudar a una casa… ¡DE LA HOSTIA! Es enorme, viejísima, con mil ambientes, una huerta, un gallinero, fantasmas y mucho potencial. Me volví loca sacando fotos, mejor dejo que ellas hablen por mí…

Vivu, hippie a colores

Vivaracha podría vivir en una carpa en el medio de la montaña… eso sí, con una muy buena bolsa de dormir porque es muy friolenta. Su casa de esposaaaa (jajaja sí, esposa Vivu, asumilo) es un fiel reflejo suyo y de José, el otro hobbit que tuve el honor de conocer en mi era Dublín. Hay color, hay desorden (ordenado), un sillón demasiado cómodo y un plasma enorme… lo que faltaron fueron los calimochos para la película del domingo (también faltó un domingo y José, pero ya volveremos al ruedo cuando estén asentados en Chile).

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