¡Viva México cabrones!

Ya tengo pasaje: mis vacaciones comienzan el 07 de mayo de 2010. MAYO. Falta un montón. Por eso aspiro a descansar a través de los viajes de otros, como el de mi hermano trotamundos Andy Mariani y Vicky, su blonda y risueña novia.

Ellos eligieron México y lo transitaron por tres semanas. De ese periplo lleno de colores trajeron un millar de fotos alucinantes. Muchas de ellas (todas tomadas por Andy) acompañarán el blog esta semana, dándole toda esa energía que tanto estoy necesitando. Y, para no dejarlo sólo en imágenes, el pendejo pinche huevón escribió sus impresiones del país del norte especialmente para el blog de su hermanita (¡grazias grazias!).

Los dejo entonces con su relato y con algo más. Se me ocurrió combatir marzo, el mes más corta mambo vacacional ever, con un video que luzca todas las fotos que me pasó Andy musicalizado con el tema New Slang de The Shins, muy acorde a un estado de relajo total. Buen relato, buena música y buenas fotos. Qué gran forma de empezar la semana, ¿no?

México

Partimos hacia México como dos yonquis afiebrados, pálidos y rendidos. Atrás dejábamos el más espantoso de los síndromes de abstinencia: el sedentarismo porteño. El último viaje había sido un año y pico atrás y, para el que viaja compulsivamente, no existe otro remedio que cure mas allá que el de cargar una mochila en la espalda, ponerse unas cómodas zapatillas y enroscar la cámara en el brazo, el índice siempre dispuesto a congelar ese preciso momento. Inch'alla.

Cocinamos el viaje unos cuatro o cinco meses atrás. Una visita inglesa nos trajo la Lonely Planet, bookeamos un par de habitaciones a través de hostelworld.com y casi a ultimo momento delineamos la ruta de viaje. Esta se presentaba fuertemente marcada por dos grandes etapas: la primera netamente mochilero-cultural, para no olvidarnos de nuestras raíces; y la segunda, relajada e indulgente, las calidas aguas caribeñas nos estarían mimando un largo rato.

México es cultura. Muchachos, se respira en cada esquina. Desde los asombrosos murales de Diego Rivera en el Palacio Nacional hasta las improvisadas taquerías dispuestas sobre las caóticas esquinas del distrito federal. La cocina, afectada por un montón de sabores, especias y texturas se equipara con la india y china, por lo menos en lo que respecta a la identidad e importancia sociocultural que los mexicanos le propician.

La ciudad de Oaxaca se presenta como el nuevo polo artístico de la región, semillero de una nueva generación avant-garde de pintores llamados a desbarrancar a la Santísima Trinidad formada por Kahlo, Rivera y José Clemente Orozco. San Cristóbal de las Casas, en la provincia de Chiapas, la ciudad colonial más pintoresca de la región con una fuerte cultura indígena.

México es historia. Sin lugar a dudas la capital del continente americano por excelencia. Sus habitantes orgullosos de pertenecer a una historia que se desparrama a lo largo de cientos de años. La nueva maravilla del mundo, Chichén-Itzá, es solo una pequeña parte del gran legado que los mayas han dejado. Las ruinas de Palenque y Tulum no tienen nada que envidiarle.

Viajar es, entre tantas otras cosas, una forma de encadenar una imagen tras otra para luego volcarlas químicamente a través de los cinco sentidos. El resultado final siempre es el mismo, algunos lo llaman recuerdos, otros lo transforman en anécdotas y están los que se contentan con solo mirar como el pasaporte se va llenando de sellos. México ha sido para nosotros la perfecta introducción a un continente dispuesto a ser descubierto por nuestro caminar. La cerveza se sirve helada, la comida rápida y furiosa, y el estilo de vida totalmente ajeno al nuestro. Para mí, argumentos suficientes para seguir sintiendo el peso reconfortante de una mochila colgada en la espalda.

Andrés Mariani

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