Alma Singer I | A love story with high heels

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Érase una vez una pequeña niña que aprendió a vestirse antes que a caminar. Imelda Martino la llamaban y, según cuenta la leyenda, cada vez que alguien menciona su nombre, se escucha un suave taconeo. Tac tac tac tac, cantan los tacos, sobre una gran avenida citadina.

Como quien se cría entre ositos de peluche, Barbies y pequeños ponies, nuestra niña creció entre Manolos, Jimmies, Christians, Robertos y Louises. Jugaba con las tiras de las sandalias, se adornaba con sus flores de tela y se paseaba por todo el palacio con modelos exclusivamente diseñados para ella por los más grandes maestros de su siglo. Sentir el aroma a cuero es estar en presencia del alma de Imelda. Cuero, charol y terciopelo. Ella y sus zapatos.

Con el correr de los años, esta pasión se afianzó y la acompañó en cada instante de su aterciopelada vida. Aterciopelada o, mejor dicho, acharolada como un peep toe shoe Chanel 2009/2010. Amaba tanto a sus zapatos que los guardaba donde pudieran conversarse mejor…

Los elegía cuidadosamente cada mañana…

Y compartía con ellos hasta las comidas.

Su fama cruzó fronteras y la llevó a posar para talentosos artistas.

Foto por Diego Frangi

Pero su amor no conocía de fama, dinero ni contactos. Su amor era pura y exclusivamente dedicado a sus zapatos y tal devoción la llevó a dar el gran sí.

Y así vivieron por siempre juntos, felices y acharolados, ella y sus zapatos.

Esta sanata que acabo de escribir es la mejor forma (…… please……) que se me ocurrió de presentar la producción que hicimos con Merin el viernes pasado (échale la culpa a Río y a mi fin de semana soma total). Ojala pudiera reflejar al menos el 10% de lo que me divertí haciéndola con ella (mi prima postiza/ídola/amiga del alma y de la infancia/fanática de los zapatos); de lo mucho que me reí viéndola correr por Av. Del Libertador con su hace-poco-estrenado vestido de novia; de lo mucho que aprendí de su historia a través de sus zapatos; de lo mucho que sumé por haber hecho las fotos con semejante creativa; de lo mucho que aportó con sus pilas, actitud, buena onda, gestos, poses e ideas; de lo mucho que la flashée cuando esta diseñadora gráfica se puso a retocar las fotos (y eso que lo hizo con, sic, un programita de mierda); y de lo mucho que me dejó picando para aplicar en próximas producciones. Ojala sean todas al menos el 10% de divertidas, ridículas, teatrales y satisfactorias como ha sido esta. Chapeau Merin… o mejor dicho, ¡chaussure et à bientôt!

Los dejo con un video bien caserito del backstage de esta producción, liderado por la frescura de Merin y por la insolente voz de Katy Perry (y yo sigo flipando colores con la suerte que tengo: ¡hay partes en que la foto engancha perfecto con el tema!).

Me hago la canchera y les tiro un… Créditos:

Fotos: Vero Mariani.

Retoque digital fotos post: Merin Martino.

Video: Vero Mariani (a.k.a. enfermita, ¿no ves que es tarde y después no dormís nada?)

Música: Tutina y Adrián.

¡Muchísimas gracias Merin por coparte con esta locura y por aportar tantas ideas, pilas y buena onda! ¡Te adoro!

Comentarios de este post: tengo que cerrarlos porque hay un spam dando vueltas que deja comentarios a lo loco de cosas incoherentes, molestando al post y a la gente que ya comentó. Si querés dejar un comentario, podés escribirlo a almasingersings@yahoo.com :) ¡Gracias y buen día!