Almorzando con los hombres de mi vida

Vol. 01

PLAY Fucking in the Bushes (Oasis)

Andy. Mi hermano.

Fotógrafo, unpublished genius, trotamundos, lector empedernido, melómano (Lester Bangs reencarnado), 40% bohemio + 60% burgués, compinche, protector, leal, apoyo incondicional, compañero de viajes, gracioso, ingenioso, snob, la voz que me exige más (porque sabe que puedo), mi malcriado, mi amigo.

Pablo. Mi primo.

Creativo, marketinero, mente brillante, agudo observador y aún más profundo pensador, esteta, bon vivant, compinche, guarda bosques, compañero de tonteras, leal, apoyo incondicional, gracioso, ingenioso, la voz que lucha para que yo tenga más, mi consentido, mi amigo.

P… Flavio. Mi mejor amigo.

Un as de los negocios, la persona viva más inteligente que conozco, vendedor, conciliador, agudo, perspicaz, racional, malvado en cuotas aceptables con la risa más contagiosa del planeta, gracioso, leal, apoyo incondicional, la voz que me enseña la lógica, la actitud que con un “fuck you, ya se te va a pasar” pone en perspectiva lo que realmente importa.

Vol. 02

PLAY Golden Brown (The Stranglers)

El sábado pasado fui a almorzar con mi hermano, mi primo y mi mejor amigo. En definitiva, los hombres de mi vida, mi elenco estable por opción (y nunca, pero nunca, por descarte). Los quise llevar a Magendie, un lugar que había anotado en mi agenda como “tengo que ir y tengo que ir ya”. El tema es que, cuando los chicos vieron la fachada impoluta del restaurante y leyeron en la puerta su apellido (Ciencias Naturales), me bajaron el pulgar hasta el infierno. Nota mental: conocé tu target y dale lo que quiere.

Como Andy quería comer comida foránea, los encaminé a Krishna. Tomamos Gorriti hacia Palermo Soja pero Oliwud quiso ganar la pulseada y retenernos en su lado de Juan B. Justo. Y claro, para lograrlo sacó su artillería pesada: una seguidilla de Trattorias (dos y media, porque la de la esquina es un kiosco con mesitas y alta onda de la misma familia de lugares). Pito catalán Soja, nos plantamos acá.

Vol. 03

PLAY Il Ballo del Mattone (Rota Pavone)

Il Ballo del Mattone es la mejor aproximación real a la mente de un genio delirante o sencillamente un espacio creado por gente que quiere estar contenta el mayor tiempo posible. Y efectivamente es así: entrás y sos feliz. A mí me pasó por lo menos, y me volví loca con los detalles (literalmente loca, pero esta vez no lo vociferé, sólo saqué fotos). No hay un solo milímetro del enorme restaurante donde no haya una obra o intervención de arte (hay muestras constantemente), un objeto traído de –posiblemente- el Mercado de Pulgas ubicado a pocas cuadras, una mesa, silla o sillón que no tenga onda… no hay ni un solo rincón que parezca hacer rancho aparte de la fiesta. Y los chicos estaban contentos. Pulgar arriba y a comer.

Mientras devoramos la panera y las aceitunas que nos trajeron para paliar la espera del menú itinerante (uno solo y en formato pizarrón gigante), fluyó la conversación. No recuerdo exactamente el orden ni los temas –hubo de viajes recientes y futuros, laburos, amigos, filitos y novias, etc.-; pero con los chicos no importa de qué hable porque siempre me pasa eso: me cago de la risa, encuentro la muy necesitada perspectiva masculina, escucho/digo guarradas y comparto códigos. Estar con ellos es como un gran abrazo de oso: cálido, sincero, un poco brusco y fraternal.

Para cuando terminamos nuestros platos italianos, mi cámara se había empachado bien con el lugar, los chicos estaban dale que va con la play, el partido de la selección, el gordo morcillero y sus 11 apóstoles encargados de llevarnos al mundial, y yo colgada pensando que no hubiera cambiado este almuerzo (ni ninguna otra salida con ellos) por nada del mundo.

Camariere, il conto per favore.

¡Chicos muchísimas gracias por dejarme sacar fotos a piacere, fui feliz!

Trattoria Il Ballo del Mattone

www.ilballo.tv

reservas@ilballo.tv

info@ilballo.tv

Dir.: Gorriti 5936/5950

Más fotos Trattoria Il Ballo del Mattone

http://www.flickr.com/photos/veromariani/sets/72157622463655529/